miércoles, enero 25, 2006

¿Ha movido ficha Iker Jiménez?

Se había anunciado un movimiento de Iker Jiménez en su programa de televisión, Cuarto Milenio, en la cadena Cuatro, que supuestamente le pondría a salvo de la evidencia, cada vez más aplastante, de que las figuras humanas que aparecían en unas fotografías nocturnas de un cementerio de la provincia de Ávila se explicaban por una manipulación digital de esas fotografías.

La base para sostener la convicción de ese movimiento la proporcionó las declaraciones de algunas personas próximas a Iker Jiménez, según cuentan Mauricio José Schwarz y Luís Alfonso Gámez en sus respectivos blogs. Antes de eso, los rumores ya corrían por foros y listas de correo.

Se contaba, además, con las palabras del propio Jiménez en la despedida de su programa radiofónico, Milenio3, del pasado domingo, 15 de enero, y las de su compañera, Carmen Porter, hablando de “goles encajados” y de nuevas “pruebas periciales”.

José Manuel García Bautista, hasta hace poco colaborador de Jiménez, escribía en una lista de correo que cuando Iker le remitió las fotografías, la evidencia de la posibilidad de manipulación le asaltó en cuanto les echó el primer vistazo, y que así se lo hizo saber a Iker Jiménez, que guardó esas fotos durante meses.

En el mismo pueblo era la convicción dominante, y el alcalde declaraba a Schwarz que se avenía a colaborar con el programa de Jiménez para que “nos dejen en paz” y para acabar con el asunto, ya que un miembro del equipo del programa le dijo que la “policía científica” había afirmado que la fotografía era un montaje.

Con estos mimbres se tejió una hipótesis acerca de cual podía ser ese movimiento de Jiménez. Dado que, como resulta claro, la evidencia del montaje era generalizada incluso para el propio Jiménez, que no puede negar ahora, sin dejar por mentirosos a los que así lo han declarado, que la posibilidad de manipulación le fue comunicada, la jugada debía consistir en distanciarse de las fotografías y de todo apoyo al carácter “real” de las mismas.

Y así, se pensó que consistiría en una suerte de pacto según el cual se declararía que los “engañados” fueron el equipo de Jiménez y la familia “García Peña”, quedando la autoría del montaje en manos anónimas y la inocencia de los suscriptores del pacto en altar de pureza.

A pesar de que todos los que apoyaban la posibilidad de un pacto como ese argumentaban en contra de la sensatez, y hasta de la cordura, del mismo, incluso en el ámbito de un mundillo donde esa cualidad parece escasear, acabó por imponerse como segura o casi segura.

Ahora se sabe que tal pacto, muy probablemente, jamás existió. Hubo jugada o movimiento, si, pero consistió en otra cosa.

Iker Jiménez y su programa movieron ficha para asegurar o apuntalar la imagen que vende de sí mismo, según la cual él sólo se limita a favorecer y/o realizar por si mismo la investigación, a dar los datos, y dejar la conclusión al espectador. Con el programa del domingo en la cadena Cuatro, Jiménez parece querer favorecer la interpretación de que él, ni en su web ni en ningún otro lugar, apoyó nunca la “realidad” de lo que aparecía en las fotografías, ni se la negaba. Jiménez presentó las cosas como si todo lo afirmado por él fueran datos aportados por expertos, que son los que hablan. Así, se permitió hablar de su “escepticismo” sobre estos temas, pretendiendo haber mantenido una distancia aséptica acerca de las fotografías y la verdad sobre las mismas. Lejos de pacto alguno, lo que Jiménez hizo es dejar claras las distancias entre él y la familia García Peña. Si hay manipulación, las cuentas se piden a quienes obtuvieron las fotografías, él se limita, en ausencia de pruebas definitivas, a confiar en la bondad e inocencia de las personas.

Imagen muy dudosa, e interpretación muy forzada sea o no sincero al presentarlas así.

En general, Iker Jiménez se limita, cuando alguna vez lo hace, a declarar su supuesto escepticismo sobre el tema tratado en sus programas, pero no ofrece nunca los datos y argumentos que enfrentan las hipótesis que presenta en cada caso. No parece que a Iker le quepa alegar desconocimiento de esos argumentos. En primer lugar, porque, si como dice, es escéptico sobre esos temas, lo será por algún motivo, sobre alguna base argumental. Nunca ha ofrecido esa base a sus oyentes o espectadores. Además, Iker se muestra a menudo al corriente de la existencia de críticas a esos temas. Si él es imparcial, neutro y distante respecto al tema que ofrece, esas críticas deberían ser ofrecidas, al margen de que a él, personalmente, le merezcan una u otra opinión. ¿No es el espectador el que decide? ¿Cómo puede hacerlo si se le ocultan claves? Recordemos que una parte o versión de esos temas la presenta siempre, incluso en el caso de que se declare escéptico sobre el mismo, pero nunca presenta la contraria al “misterio”.

En el caso concreto de las fotografías del cementerio abulense, Iker cita la existencia de críticas a esas fotografías, y consta la opinión de uno de los que hasta hace poco era uno de sus colaboradores más estrechos, opinión que le fue comunicada al mismo Jiménez. ¿No debería conocer su público la existencia de esos “datos”, si presume de ofrecerlos? ¿No se acumulan, de hecho, las evidencias que permiten dudar de la inocencia de quienes les proporcionaron esas fotos? ¿Es posible que así lo vea el mismo Jiménez? Y si es así, ¿Por qué se empeña en mantener una posición contra toda evidencia?

Jiménez favorece el aura de misterio de los temas que presenta porque nunca presenta “datos” que la enfrenten, a pesar de saber de su existencia y de que él mismo, si sus protestas de escepticismo son sinceras, posee algunos de esos datos. Así, la conclusión de sus seguidores no puede ser realmente informada, las dudas que alimenta son forzadas.

Pero no puede jugarse con todas las cartas. O se presta atención especial a una visión de esos asuntos o se está verdaderamente dispuesto a ofrecer todo al espectador para que este opine. Las dos cosas son incompatibles.

Actualización 31/01/2006

Me ha parecido conveniente enlazar algunos artículos con análisis de las famosas fotografías. Se trata de los realizados por Mauricio José Schwarz aquí y aquí, y del efectuado por Macías aquí.

jueves, enero 19, 2006

La "amabilidad"del Grupo Elron

Ya hemos hablado anteriormente en “paranormalidades” del grupo Elron (El nombre proviene de El Ron, que se refiere a L. Ron Hubbard, fundador de la secta conocida como Cienciología, con cuyo espíritu descarnado aseguran tener conversaciones, además de con el de Jesús y cualquiera que deseen o precisen) En aquella ocasión hablamos de un artículo que el grupo dedicaba a Carl Sagan, al que estos chiflados difaman en sus delirios.

El artículo provocó numerosos comentarios de defensores del grupo, tanto en la sección de comentarios como por medio de correos electrónicos privados. Al final el grupo ha considerado oportuno honrarme con una página de su sitio Web oficial dedicada a mi y que lleva por título mi propio nombre y en la que roban mi artículo y ponen mi fotografía sin mi permiso.

De los fieles y simpatizantes, personas que se han dejado embaucar por unos charlatanes cuyo arsenal lógico es casi inexistente, recibí justo lo que cabía esperar, un conjunto de consignas aprendidas de memoria que se niegan a cuestionar. No cabe duda que las sectas contactistas saben hacer su trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que en el caso de Olguin, director del grupo, vive exclusivamente de que alguien crea sus dogmas, lo cual garantiza su entrega a la “causa”.

En resumen se limitan a pedir que antes de escribir sobre el grupo me lea todo el material que tienen publicado. Eso aquellos que sugieren algo, los demás se limitan a defender contundentemente al grupo al más puro estilo de los acólitos típicos de todos los gurús de todas las épocas. Ninguno, salvo, en parte, una excepción de un comentarista que utiliza el alias “Helios”, se decide a responder a los argumentos que utilizo en la entrada, a pesar de que, con mejor o menor acierto, lo que yo hago es intentar refutar los “argumentos” utilizados por el grupo en su panfleto contra Sagan.

En los mismos comentarios hago ver que para analizar el artículo sobre Sagan no preciso leer más que ese artículo, puesto que no me refiero a nada más que a los “argumentos” de ese artículo. Sin éxito, claro, no hay manera de hacerles ver que lo que puedan decir acerca de si el boxeo es deporte o crimen o si Mallory e Irving fueron o no los primeros en la cima del Everest no afecta en nada a si tiene o no razón en lo que dicen sobre Sagan. Ellos tienen claro solo una cosa: el grupo y sus enseñanzas son intocables. Debe doler comprobar que no es así, imagino. No solo la Ciencia desdeña las locuras de un oscuro señor que se auto titula, auto premia y auto dicta sus creencias, nadie, con dos dedos de frente, es capaz de reprimir las carcajadas ante la sarta de majaderías que el grupo vende como “sabiduría” salvo un puñado de inconscientes.

Aún más difícil resulta arrancarles un solo argumento. Hay un caso notable. El de un tal José Javier Redero, que me escribió un correo privado muy correcto. Consiguió engañarme, sinceramente. Ahora, ha enviado un correo a Horacio Velmont que este incluye en la página que me dedica a petición del autor y que finaliza con las muy caritativas palabras que copio a continuación:

Si publica esto en la Red, no oculte mi nombre y apellidos. Quiero darme el gustazo de ver que cara se le pone a Josué...”

Lamento que la publicación no me haya hecho más daño, con lo cual, el gustazo del señor Redero, que parece haber asimilado muy bien el camino del bien y el amor a los demás que el grupo dice seguir, pueda verse menguado. Pero no sufra, en cuanto contraiga la menor enfermedad prometo remitirle un documento gráfico que le proporcionará horas de placer.

Este “amigo”, que dice en el mismo correo que escribe “siempre desde el respeto”, cree que merezco esa página, por lo cual se alegra mucho. Confiesa que ya desde la primera lectura consideró escribir al grupo pidiendo que este me hiciera el honor que más tarde me ha concedido por iniciativa propia.

La “dureza” de mi crítica le hizo sentir tal horror que pensó en “cerrar el navegador”. Al parecer, que a Sagan, que no está vivo para defenderse, le llamen cobarde, que cuestionen su talla moral, y el tachen de mentiroso le parece una de las más dulces y suaves críticas que pueda imaginarse. Claro, que el me acusa de no saber nada, y cree a pies juntillas lo que el grupo dice y lo considera una gran sabiduría. ¿Creen que se basa esa convicción en algún elemento lógico incoherente de mi escrito? ¿Piensan que ha detectado alguna inconsistencia en mi razonamiento? No, la razón es que…hablo del artículo de Sagan basándome en su lectura. Ya saben, como no he leído las tonterías que el grupo dice sobre el incesto, por ejemplo, no puedo hablar de un artículo que habla sobre Carl Sagan refiriéndome a lo que dice sobre Carl Sagan. Si no le ven el sentido no vayan al oculista, no lo tiene.

Eso si, dice que no tengo ningún pilar que sustente mi escrito, pero no dedica ni un solo esfuerzo, como ya hizo cuando me escribió a mí, a “sacarme” del error, a desmontar mis argumentos. Le basta con decir de Olguin que lo tiene por un ser excepcional. Bueno, pues queda claro. A usted no le importan las evidencias, los datos o argumentos, a usted le puede la fascinación por Olguin y su palabra es para usted ley. Demonios, confiéselo, y acarreé con las consecuencias de que su criterio para “conocer” sea la revelación de un señor que dice hablar con muertos y seres de otros mundos, que asegura que lo sabe todo sobre todo gracias a sus revelaciones y que conoce el origen de TODAS las enfermedades. Pero no me venga con gaitas, usted es fiel a algo muy parecido a una religión. Punto. Es decir, mi mail, que copia el grupo en la página, era correcto.

Esa es la tónica general de los mensajes que he recibido de defensores del grupo. “No hable sin saber” “Lea usted todo lo escrito por el grupo” ¿Y mis argumentos? Ni entran, tienen que ser equivocados y punto final.

Sin embargo, estas personas no quieren ser confundidas con quienes aceptan dogmas de fe a la manera de, por ejemplo, los católicos.

Pero los seguidores del grupo Elron creen las cosas más fantásticas soportadas por nula evidencia. De hecho, creen a pesar de la evidencia en contra de Olguin y Velmont. Algunas de las afirmaciones del grupo han sido desmentidas por la realidad. Sin embargo, esto no altera la inconmovible fe en el mensaje del grupo, a pesar de las patéticas explicaciones que dan de sus errores. Un buen ejemplo lo tenemos en el caso de pianoman, aquél misterioso personaje de efímera fama. Vean lo que el grupo decía del personaje y vean la vergonzante explicación acerca del suceso una vez supo todo el mundo, excepto los seguidores del grupo, la verdad sobre pianoman.

Pero, ¿y los responsables del propio grupo? Uno espera que unos individuos que llevan en engaño a los miles de seguidores que creen sus barbaridades serán, como mínimo, suficientemente espabilados como para componer un razonamiento con aspecto de cuerdo. Pues no. O quizá si, pero no precisan el esfuerzo. ¿Para qué? Les funcionan las cosas de maravilla. Hasta son invitados a viajar a diferentes países a dar conferencias y ofrecer su show. Entiéndase, les funcionan las cosas al chabacano nivel al que pueden aspirar. Nunca tendrán, no ya un Vaticano, cosa que causa risas solo pensarlo, tampoco se puede pensar en el conglomerado empresarial de un Sun Myung Moon o de un Maharishi Mahesh Yogi, es que resulta dudoso que pudieran alcanzar un estatuto más allá de pareja de pícaros. Son los herederos de los antiguos charlatanes, pero con conexión a Internet. Comparado con el público al que tenían acceso uno de los grandes de otras épocas, un James Graham, un Franz Anton Mesmer o un Henry Slade, estos dos pájaros, con las posibilidades que la red proporciona, no pasan de modestos cantamañanas.

En su “respuesta”, dicen exactamente lo mismo que los comentaristas de este blog apuntan. Tonterías como que “hablo sin saber” ¿Y qué debo saber? Pues esta parte, principalmente, la coartada, la más evidente y clara muestra que el grupo ofrece de su carácter sectario, una llamada a no oponer la menor resistencia intelectual- y mucho menos de otro tipo, que esta gente admira a Cienciología y sabemos como se las gasta esta gente con los disidentes- a todo lo que sueltan por la red:

Algo que tiene que quedar en claro es que el Grupo Elron no opina, sino que se limita a transmitir las enseñanzas de los Maestros de Luz. Cuando los Maestros de Luz nos enseñan algo, nosotros no debatimos con ellos brindando nuestro parecer, porque sería algo tan absurdo como que una hormiga le discuta a las águilas lo que se percibe desde las alturas. Si no entendemos algo de lo que nos dicen, entonces pedimos aclaraciones, pero nunca para cuestionarlos.

Eso es lo que quieren que sepamos, o más bien que sepan sus seguidores, que son los que intentan conservar, ustedes son hormigas, lo que nosotros les contamos no se cuestiona, y quien lo hace, es presa de los Maestros del Error, digan lo que digan, como lo digan y a la hora que lo digan. No piensen, ya lo hacemos nosotros. ¿Les suena a manipulación?


Pues les funciona, miren al pobre señor Don José Javier Redero, como traga.