lunes, marzo 28, 2005

Creencias y Ciencia

Los escépticos consideramos que las creencias paranormales son eso, creencias injustificadas. Destacamos la ilegitimidad de un argumento, la inconsistencia de un razonamiento o el apresuramiento de una conclusión. A menudo, sentimos la tentación de extender el ejemplo de ello a la capacidad para razonar de todo aquel que sostiene una creencia de ese tipo, caracterizándola de básicamente defectuosa, carente sobre todo de la disciplina que proporciona el conocimiento del método científico y las reglas de la argumentación. Frecuentemente pensamos que un poco de ciencia puede "curar" ese mal. Pero la cosa puede ser algo más compleja. Muchas personas de buena formación científica sostienen creencias de ese tipo. Algunas de esas personas fueron o son muy buenos científicos.


Alfred Russel Wallace (1823-1913) es un ejemplo de científico, incluso de científico genial que mantuvo creencias abiertamente irracionales.

Wallace fue un científico brillante. Fue el descubridor de la llamada "línea de Wallace", una división este- oeste en la fauna del archipiélago malayo que inauguró los estudios de zoogeografía en lo cual Wallace, además de precursor, fue durante años el mayor experto. También fue pionero de la etnografía y del estudio del comportamiento animal, siendo el primer europeo en contemplar al orangután en libertad y en su estudio. Entomólogo de primera fila, presidió la Real Sociedad británica de la especialidad y publicó numerosos libros y artículos sobre la disciplina con aportaciones de enorme valor. También destacan sus aportaciones en el campo de la antropología. Y de haber sido de carácter más ambicioso, es posible que el estudio de la evolución biológica se llamara hoy en día "wallacismo", en lugar de "darvinismo".


Efectivamente, Wallace llegó a las mismas conclusiones que Darwin de manera independiente de este gracias a sus enormes conocimientos en zoogeografía y recibió las mismas influencias que Darwin de Lyell y Malthus. Publicó sobre la evolución antes que el propio Darwin, aunque pasó desapercibido para todos excepto los amigos de Darwin, Lyell y Huxley. Algún tiempo después, estos avisaron a Darwin sobre un nuevo artículo de Wallace de inminente publicación por parte de la Royal Society en el que adelantaba la teoría de la evolución y sus causas de manera idéntica a la concebida por Darwin. Informado Wallace acerca de los estudios inéditos de Darwin, concedió presentar su teoría conjuntamente con este con el nombre de teoría Darwin-Wallace. Cuando Darwin comenzó a llamarla "mi teoría", Wallace declaró: "Es suya y solo suya" y tituló su libro sobre evolución, con sus propios estudios y conclusiones independientes, "Darwinismo" Esta generosa actitud de Wallace resalta teniendo en cuenta que fue informado sobre todas las maniobras para la publicación conjunta y de la impresión a toda prisa de "El origen de las especies" cuando ya todo estaba hecho y mientras permanecía en Malasia.


A pesar de su indudable genio y su dominio de la argumentación científica, Wallace mantuvo una postura irracional respecto a determinados aspectos. Es conocida su injustificada excepción de la mente humana del fenómeno evolutivo que codescubrió.
Además, fue un defensor apasionado del espiritismo y de los supuestos poderes de los "medium".


Wallace mantuvo polémicas y debates sobre ello durante toda su vida, y declaró en defensa de Henry Slade en el juicio contra este charlatán celebrado a instancia de, entre otros, el propio Darwin. Se dijo que este juicio fue un modo de castigar a Wallace al permitir con su voto la lectura en la sección de antropología de la Asociación Británica de un informe sobre transmisión del pensamiento.

También es conocida su polémica con S.J. Davey y con Hogdson una vez fallecido el primero. Davey fue un defensor del espiritismo y escribió artículos en la prensa de su tiempo a favor de los poderes como médium de Engliton e incluso el mismo creyó poseer esos poderes, pero descubrió que sus experiencias eran fruto de las bromas de sus amigos. No obstante, continuó visitando a Engliton y cuando uno de aquellos amigos le confió que había detectado trucos en la actuación del médium decidió comprobar cuantas de las experiencias que hasta entonces había considerado imposibles sin el recurso de un auténtico poder podía reproducir a partir de trucos.
Consiguió hacerlo con todos los de Engliton y cuando lo reveló se sorprendió cuando comprobó que las reacciones de los defensores de aquél eran las mismas y con el mismo tipo de argumento que el mismo había utilizado en defensa del mismo médium. Obviamente, el sabía que estaban equivocados cuando decían que era imposible reproducir aquellos actos con trucos, pues acababa de hacerlo y aún andaban más equivocados cuando adujeron que él mentía y había utilizado verdaderos poderes de médium.


Wallace fue uno de ellos y, en su caso, con particular insistencia en que Davey revelara los detalles de sus trucos, cosa que Davey se negó a hacer, pues pensaba seguir usándolos en un proyecto más amplio.

Efectivamente, Davey desarrolló un "espectáculo" con guión fijo. Representaba, ajustándose todo lo posible a ese guión, ese espectáculo ante eruditos, creyentes y escépticos en pequeños grupos y luego les pedía que describieran lo que acababan de ver de la manera más exacta posible. Davey elaboró lo que todavía se considera como una de las más exhaustivas bases de datos y análisis de los errores de percepción de los testigos presenciales. Prácticamente todas las distorsiones de la memoria y los errores testimoniales que la investigación psicológica ha documentado se encontraban ya en aquellos informes de Davey y Hogdson. Davey mostró que su espectáculo conseguía el mismo efecto y los mismos testimonios que los actos de los médium. Incluso los testimonios acerca de sus actos eran aún más elogiosos que los que se conseguían sobre los médium.

Wallace aseguró que si, efectivamente, Davey usaba trucos en sus demostraciones, aquello constituiría el más serio varapalo propinado a la creencia en lo paranomal.
Cuando, tras la muerte de Davey, Hogdson reveló los trucos de Davey y como funcionaban de manera efectiva, Wallace se negó a aceptar que usara trucos. Para Wallace, Davey fue un tramposo al revés. Lo consideró un médium que fingía hacer trucos. Además destacó especialmente por su capacidad para encontrar los puntos débiles de las argumentaciones escépticas y por su propia habilidad para elaborar argumentos que racionalizaban sus creencias.

Ray Hyman escribió a propósito del caso de Wallace, que abre "...la posibilidad de que la gente inteligente pueda ser estúpida precisamente por ser inteligente". Según Hyman, si Wallace no hubiera sido tan inteligente "no hubiera sido capaz de desviar los fuertes argumentos y las pruebas en contra de sus arraigadas creencias"

Wallace no sólo conocía la ciencia y su método y fue uno de sus principales practicantes, además tenía experiencia, dura experiencia, con las prácticas que él mismo usaba en defensa de sus creencias. Con unas consecuencias que sufrió amargamente durante años. Wallace se enfrentó a unas creencias tan irracionales como las suyas contra las cuales ofreció pruebas igual de fuertes que las que Davey y Hogdson exhibieron en contra de los médium, y encontrando una oposición aún más dura que la que él mismo ofreció.

Wallace tuvo siempre dificultades económicas y John Hampden, hijo de párroco y sobrino de obispo, antievolucionista militante, lanzó un reto que a Wallace le pareció una oportunidad para conseguir un dinero fácil.

Hampden, terraplanista convencido, ofreció 500 libras a quien fuera capaz de demostrar que la Tierra era más o menos un globo. Wallace aceptó y se vio envuelto en lo que calificó de "incidente más lamentable de mi vida".

Lyell, quien aconsejó a Darwin que no se metiera en polémicas con fanáticos, "pues raramente producían nada bueno y eran una miserable pérdida de tiempo y humor", no dudó en aconsejar a Wallace que lo hiciera frente a uno de los más intrigantes y maliciosos charlatanes de Inglaterra. ¿Por qué hizo esto Lyell, quien además de aconsejar a Darwin en ese sentido se cuidó mucho de hacer lo propio?

Wallace eligió como juez a un conocido director de un periódico con fama de imparcial al que no conocía personalmente, y Hampden a un impresor amigo suyo, a su vez convencido terraplanista. Wallace llevó a cabo su demostración en un canal que corría recto a lo largo de 9 kilómetros. Walsh, el periodista elegido como juez por Wallace y otro testigo presencial miraron por el telescopio dispuesto por Wallace para comprobar su experimento y dictaminaron que, efectivamente, constituía una prueba de que la Tierra era redonda. Pero el juez nombrado por Hampden se puso a dar saltos de alegría y a vocear que Wallace había demostrado que la Tierra era plana. Hampden se negó a mirar por el telescopio aduciendo que bastaba la palabra de su juez.

Walsh se llevó el dinero, los dibujos de la experiencia y las distintas interpretaciones de sus resultado y los estudió durante una semana, al cabo de la cual los publicó en su periódico junto a su veredicto: Wallace había demostrado que la Tierra era redonda y lo declaró vencedor remitiéndole el dinero.

La polémica que siguió, incluidos juicios y condenas a una y otra parte, se alargó durante !16 años!. La batería de argumentos y contra réplicas a los argumentos de Wallace eran básicamente una modalidad de los mismos métodos que Wallace usó en contra de Davey y Hogdson. Wallace acabó sin su dinero y completamente asqueado.

Sobre Hampden escribió: "Pocas veces se han dado tanta osadía en las afirmaciones y tanta fuerza en el ingenio combinadas con una ignorancia tan general...¡Y este hombre se educó en la Universidad de Oxford!"

Pocos después el propio Wallace embistió contra Davey de una manera que mereció un juicio muy parecido sobre él mismo.

Ray Hyman, en el primer capítulo del libro "Por qué las personas inteligentes pueden ser tan estúpidas" dice, tras contar parte de esta historia sobre Wallace: "Las personas listas pueden comportarse como estúpidas precisamente por que son listas". Y George Charpak y Roland Omnés, en su "Sed sabios, convertíos en profetas", dicen, advirtiendo de la importancia de la disciplina que introduce el método científico :"Cuanto más inteligente es uno, más fácilmente se imagina posibles leyes, estructuras tentadoras, correlaciones notables y pruebas dialécticas. Dicho de otra manera: cuanto más inteligente se es, más se arriesga uno a engañarse inteligentemente, lo que significa que convencerá también de su engaño a muchas otras personas."

¿Cuál es la cura, si es que existe, contra la irracionalidad? ¿Cómo se explica el caso de Wallace?