sábado, octubre 29, 2005

Coelho, insubstancial.

Paulo Coelho es un fenómeno de masas. Traducido a 56 idiomas, publicado en 150 países y con más de 54 millones de libros vendidos. A pesar de ello, sus seguidores más fieles mantienen que Coleho no es un mero fabricante de Best Seller's al uso. Se refieren a su estilo literario y a los contenidos de sus novelas, supuestamente depurado el primero y profundos los segundos.

No sé como alguien puede mantener en serio lo primero. Coelho es un autor de escritura fácil y de aún más fácil lectura. Sus primeros libros fueron publicados en España por pequeñas editoriales de muy poca tradición literaria. Publicó aquí primero en Obelisco, una pequeña editorial dedicada a libros de autoayuda tipo New Age y esoterismo. Después paso a Martinez Roca, especialista también en libros de ese tipo y en novela fantástica y de Ciencia- Ficción. Fué cuando conquistó el favor de cierto público cuando dió el salto a Planeta.

El contenido de sus libros está en consonancia con las especialidades de sus primeran editoriales en España. Siempre hay quien considera profundo un libro que habla de consciencias universales, de misterios sobrenaturales, etc., sea cual sea el trato que se le dispense desde el punto de vista racional, pero debe concederse que no son temas que preocupen a la moderna filosofía o a la ciencia o que muevan recursos estatales de importancia.

Quizá el más famoso libro de Coelho sea El Alquimista. El libro resulta casi infantil en cuanto a la profundidad de su argumento y la estructura de la narración, que repite estereotipos de esa clase de historias. EL libro cuenta la historia de un pastor de ovejas andaluz que viaja hasta las pirámides de Egipto en busca de un tesoro. Antes de llegar a su destino se encuentra con un mago que es capaz destilar el elíxir de la larga vida y ha fabricado la piedra filosofal, en forma de huevo, con cuya ralladura se puede convertir en oro cualquier otro metal.

Abundan frases que uno no cree que nadie considere más que simplezas e ingenuidades. Por ejemplo:

"Cada hombre sobre la faz de la tierra tiene un tesoro que lo está esperando”. Que muy pocos hayan encontrado algo así en la vida se explica, según el mago, porque "los hombres ya no tienen interés en encontrarlo".

Otro ejemplo, que ha sido responsable de que mucha gente abandone la lectura, es este:


"Cuando deseas alguna cosa, todo el Universo conspira para que puedas realizarla"

Pero hay muchas más: "La vida quiere que tú vivas tu Leyenda Personal"; "Todo es una sola cosa"; "Existe un lenguaje que va más allá de las palabras"; "Dios escribió en el mundo el camino que cada hombre debe seguir: sólo hay que leer lo que Él escribió para ti"; "Cualquier cosa en la faz de la tierra puede contar la historia de todas las cosas".

Incluso llega a sugerir que la inmortalidad es algo a nuestro alcance. La obsesión con el misterio llega a extremos ridículos: "Era un día caluroso y el vino, por uno de estos misterios insondables, conseguía refrescar un poco su cuerpo". Pues si el hecho de que la ingesta de líquidos resulte refrescante es otro de los misterios insondables, apaga y vámonos. En la novela, incluso aparecen sueños que resultan premonitorios una vez interpretados ¡por una gitana que también le lee la mano al protagonista!

Contenido muy seductores para ciertas mentes, pero de muy dudoso valor intelectual y en una estructura narrativapropia de un cuento de hadas.

Puede aducirse que Coelho se limita a contar una historia en cuyos afirmaciones no cree, pero me parece dudoso. Coelho fué miembro de una secta satánica,practicó la wicca, hizo un viaje de iniciación por el Camino de Santiago para una “sociedad secreta católica” llamada RAM (Rigor-Amor-Misericordia) y ahora afirma haberse convertido al catolicismo, aunque impregnado de reminiscencias New Age. (Solo de pasada, un detalle de su biografía incluye varias reclusiones en un manicomio)

La mayoría de sus libros tiene el mismo esquema del héroe a la busqueda de un tesoro, físico o simbólico, que es puesto a prueba. En Once Minutos, un libro de temática pretendidamente realista, la cursileria de Coelho, disimulada en sus otros libros por las temáticas “espirituales”, aparece aquí en todo su esplendor: "Tiene un poco de mi sudor, de mi concentración, de mi voluntad, y ahora te lo entrego.”, “Tú tienes mi tesoro: el bolígrafo con el que he escrito algunos de mis sueños". Cuando un joven pintor invita a su enorme casa a la protagonista, esta hace una brillante deducción: "Debía de tener dinero de verdad. Si estuviese casado no osaría hacer aquello porque siempre había gente mirando. Entonces era rico y soltero".

Coelho es sin duda el típico fenómeno de ventas expicable por la sencillez narrativa y el atractivo que cierto aspecto de profundidad ejerce en mentes no demasiado exigentes en uno y otro sentido."


Escrito originalmente en Saber-Creer

martes, octubre 25, 2005

Homosexualidad Natural

Uno de los reproches más repetidos contra la homosexualidad es su pretendido carácter contranatural. No siempre está claro que se quiere decir con ese reproche pero, en general, suele adoptar una forma que empieza con la afirmación de que no es posible encontrar ejemplos, o son muy raros, de animales que la practiquen como soporte para la afirmación de que la función del sexo es la reproducción, terminando por aducir que, en consecuencia, la homosexualidad es un vicio, una enfermedad o, en todo caso, una anormalidad.


Las prácticas homosexuales entre animales no son tan raras como se pretende.
José Martins, responsable del proyecto 'Delfín Rotador', ha documentado las relaciones homosexuales entre los delfines de la especie Stenella longirostris, afirmando que son habituales en los dos sexos.

Bruce Bagemihl, en su libro “Biological Exuberance” asegura que la homosexualidad ha sido observada en 450 especies, en todos y cada uno de los grandes grupos animales; es decir, desde las moscas hasta los elefantes.Ambos investigadores coinciden en afirmar que los animales usan de prácticas cuyo único objetivo es el placer sexual y afectivo y que no llevan aparejada la función reproductora.

En el caso de Martins, se ha documentado la estimulación del pene por parte de los machos y de las hembras, incluida la felación.

Bagemihl muestra ejemplos de animales que se masturban, usan herramientas para el estímulo sexual, usan del control natal, provocan el aborto, cambian de sexo- tanto hermafroditismo como transexualismo- forman parejas homosexuales y practican la adopción.

Pero si no existieran esos ejemplos, de ser una práctica exclusivamente humana, la homosexualidad se uniría a aquellas que también lo son. Que no aparecieran ejemplos de homosexualidad en el resto de los animales no convierte necesariamente en contranatural la homosexualidad, en todo caso la convertiría en una tendencia característica de la naturaleza humana.

Pero lo más sorprendente de ese reproche lo constituye para mí que casí siempre lo exiben aquellos que al mismo tiempo reclaman la unicidad de la especie humana en superar las ataduras de la naturaleza, en ser los únicos capaces de vencer sus instintos y actuar en contra de los mismos. Para estas personas, enfrentar los instintos naturales, por el mismo hecho de hacerlo, tanto puede constituir una afrenta a la dignidad como una hazaña heroíca.¿No son los mismos que hablan del valor que supone ser una minoría a la hora de sostener ciertos principios en contra de la tendencia mayoritaría de la sociedad? ¿Es un vicio, una enfermedad, o en todo caso, una anormalidad ser casto?

(Publicado originalmente en Saber-Creer)

jueves, octubre 13, 2005

El OVNI que aterrizó en Trans-en Provence.

El caso de avistamiento OVNI de Trans-en-Provence, Francia, suele ser citado como un caso científicamente avalado. Se usan expresiones como “el caso que los escépticos evitan”, “científicamente demostrado”, “el mejor caso OVNI”, etc. Por ejemplo, aquí, aquí y aquí.

No he encontrado ningún análisis crítico en castellano de este caso. En realidad, el único informe crítico en profundidad disponible en Internet parece ser el que realizó el investigador Eric Maillot para el Círculo Zetetique francés.

Sobre la base de una elaboración resumida del mismo y con alguna aportación personal basado en la Nota Técnica Nº 16 del GEPAN, (Groupe d'Etude des Phénomène Aérospatiaux Non-identifiés) organismo oficial francés dependiente del CNSE (Centre National d'Etudes Spatiales.), trataremos de aportar una contribución crítica en castellano.

Empecemos con un relato del suceso:

El 8 de enero de 1981, sobre las 5 de la tarde, Renato Niccolai (O Colini, ambas formas de su apellido han sido difundidas), un obrero jubilado que ha padecido un infarto con recaída, se encuentra haciendo un cobertizo para una bomba de agua en una terraza de su propiedad cuando un ruido, que describe como parecido a un silbido, llama su atención. Al girarse ve un objeto que, volando desde por encima de unos árboles en el límite de su finca, se aproxima al suelo en un camino a unos 50 metros de donde él se encuentra y a dos niveles de terrazas por debajo de su posición.

Mientras el objeto desciende, el señor Niccolai se va desplazando hasta una casita auxiliar situada en su mismo nivel a unos 20 metros de donde se encuentra en ese momento y a unos 30 del lugar donde se sitúa el artefacto. Este es descrito por el testigo como dos platos enfrentados con una nervadura alrededor de toda la circunferencia en la zona central. Tras unos pocos segundos, el objeto se eleva de nuevo y desaparece muy rápidamente en el cielo por encima de los árboles.

En el momento del “despegue” el señor Niccolai observa la “panza” del objeto y en ella cuatro objetos parecidos a “cubos de albañil”.

Respecto al comportamiento general del objeto, el testigo afirma que no hacia ningún ruido, salvo el silbido que llamó su atención, que no giraba, y que no emitía ni fuego ni humo alguno. Que su descenso parecía el de “una piedra que cae al suelo” y su despegue y alejamiento fue rapidísimo. En total, todo el episodio duró unos segundos, entre 30 y 40, y el tiempo en que el objeto permaneció posado se estimó en unos 4 o 5 segundos.

Después, el testigo se desplaza hasta el lugar en el que vio posado el objeto y descubre un rastro en el suelo que describe como “un círculo de 2 metros de diámetro” En algunas partes del círculo hay rastros de desplazamiento o deslizamiento.

Más tarde, cuando su esposa regresa del trabajo, el testigo le habla de lo que ha visto, pero no le cree. Al día siguiente le muestra el rastro y su esposa, impresionada, se lo muestra a su vez a su vecina y esta llama a la gendarmería que envía agentes. Estos interrogan al testigo, toman fotografías, hacen un dibujo del rastro y recogen muestras del suelo y de la hierba. Ese mismo día informan al GEPAN mediante un telex y les remiten las muestras obtenidas.



Antes de proseguir con otros aspectos de la investigación examinaremos el testimonio del señor Niccolai.

Ante todo, se debe aclarar que el testigo era un inmigrante italiano y tenía algunas dificultades con el idioma francés, según informa el propio GEPAN.

Tal vez esta circunstancia explique las contradicciones del testimonio del testigo según lo refiera el GEPAN, la Gendarmería o un investigador de una asociación ufológica privada que entrevistó al testigo el día 13 de enero, según informa la misma nota técnica del GEPAN. Debemos citar que el GEPAN no entrevista el testigo ni se desplaza al lugar hasta 40 días después del avistamiento.

Por ejemplo, según el telex de los gendarmes, el objeto no toca suelo, sino que se mantiene suspendido a un metro por encima del mismo. Se dice que el evento duró un minuto, y no 30 o 40 segundos.

Respecto al rastro, el telex de la gendarmería es resumido por la nota del GEPAN en la parte en que se refiere a los rastros de deslizamiento. Las menciones al telex de la nota acaban con esa mención, “rastros de deslizamiento” o lo cambia por unos puntos suspensivos. En cambio, el texto completo del telex dice “parecidos a rastros de deslizamiento de NEUMÁTICOS”, como mostró Eric Maillot y publicó la prensa. Rastros parecidos a deslizamientos de neumáticos “diametralmente opuestos en el rastro circular”.

Este es un dibujo del rastro realizado por los mismos gendarmes.



A propósito del rastro, en todas las descripciones del mismo hay un detalle extraño. Como puede apreciarse en las fotografías tomadas por los gendarmes y otras, unido íntimamente al círculo o círculos aparece un rastro adicional, recto, que Maillot examinó y en el que se veían claramente huellas de neumáticos. Sin embargo, nadie se refiere a ese rastro, que parece producto del mismo fenómeno que produce el de trazo circular.



El propio rastro no resulta demasiado coherente con el testimonio. Recordemos que el testigo dijo que el objeto “no giraba”. ¿De donde proceden entonces los rastros de deslizamiento, sean o no de neumáticos? Y, ¿qué hay de las 4 aberturas en forma de cubo de albañil? ¿Por qué no dejaron rastro alguno? Y si aceptamos que el rastro circular es de uno de los “cubos”, el tamaño del objeto debe estirarse de tal manera para que los 4 cubos quepan debajo de él que no cabría en la explanada en la que supuestamente aterrizó. Este es un dibujo realizado por el mismo testigo:



El testigo es un hombre enfermo, padece del corazón y el propio informe del GEPAN dice que cualquier esfuerzo lo agota. (Una reconstrucción del suceso le obliga a reposar en su casa, donde se le entrevista cuando se recupera) En un suceso que en conjunto no llega al minuto el señor Niccolai se desplaza 20 metros, supuestamente ya fatigado por el trabajo que está realizando, contemplando el suceso con algunos árboles como obstáculo. Después se desplaza dos niveles hacia abajo y treinta metros hacia el lugar en el que ubica el objeto. No resulta difícil ver que en esas condiciones, ubicar el sitio exacto de un acontecimiento que ha durado 4 o 5 segundos, tras perder de vista el lugar entre uno y cinco minutos, es algo muy complicado. En realidad, resulta razonable pensar que no es que el rastro apareciera en el lugar justo del aterrizaje, sino que es el rastro el que hace fijar al testigo el aterrizaje en ese punto.







Un rastro sospechoso, como hemos visto, debido a las huellas de neumático unidas tanto al rastro circular como al rectilíneo asociado al mismo. Y resulta que en ese mismo lugar circularon vehículos pesados de la empresa que construyó la casita auxiliar unos días antes del avistamiento. Hormigoneras, excavadoras, etc. Un vehículo de ese tipo que tuviera que maniobrar para salir o entrar a través de ese camino angosto hubiera dejado un rastro muy similar. Enric Maillot comprobó con su propio vehículo a girar en un lugar parecido con un derramamiento y el rastro era muy semejante.

Hay otro punto interesante acerca del suceso. La hora.

Niccolai dijo que eran “las cinco de la tarde, aproximadamente”. Resulta que el sol se pone ese día a las 17h 14 legales (las 16h 58 para el centro meteorológico local). El trabajo de albañilería no se puede hacer a oscuras, y requiere un trabajo posterior de recogida y limpieza de materiales. Pero el señor Niccolai no había terminado ni estaba recogiendo. Como indica la propia nota del GEPAN, una colina está situada justo en el punto donde el sol se encontraría ese día, elevada unos cien metros por encima del nivel de la observación, lo cual hace unos dos grados a partir del horizonte. Esa colina provoca una retirada aún más temprana de la luz solar.

¿Es posible que fuera más temprano de las 5 de la tarde, digamos, media hora? Eso tendría unas consecuencias interesantes.

En la nota del GEPAN, se dice varias veces que el testigo, de manera espontánea, insiste varias veces en que el objeto que vio no era algo común. En concreto, insiste varias veces en que no era un helicóptero. Nadie le pregunta, es él mismo quien insiste en que no era un helicóptero. Y lo hace varias veces.

Cercana la finca de los señores Niccolai, se encuentra la base aérea de Jouvan. Desde esa base partió un helicóptero que sobrevoló la finca del testigo a 200 metros del suelo a las 4:30 de esa tarde.

El testigo no nombra ese helicóptero en ninguna de sus declaraciones e insiste, espontáneamente, en que no era un helicóptero porque, dice “hay lugares más planos para aterrizar”

¿Pudo este hombre enfermo, agotado, calcular de manera imprecisa la hora del suceso y confundir el sonido de un helicóptero?

Hay quien dice que todo fue una broma que se le fue de las manos. La vecina del señor Niccolai era una entusiasta de los OVNIS, era un tema recurrente en las conversaciones de los vecinos, y fue esta, y no los señores Niccolai, quien llamó a la gendarmería, pues el señor Niccolai no quería hacerlo.

Según el investigador Michel Figuet, Niccolai le confió estas palabras:

“¡Hay tantos gilipollas en el mundo!. Un día, le diré toda la verdad”.

En una próxima entrada hablaremos de la “prueba científica” que avala el aterrizaje, los análisis de las muestras de tierra y hierba que mostraban una supuesta pérdida de clorofila y un envejecimiento antinatural de las plantas afectadas por el rastro.