jueves, diciembre 21, 2006

La Verdad de la Máquina.

El polígrafo tiene un conocido trayecto en el mundo del espectáculo. En el cine y en las series de televisión aparece con frecuencia como un recurso dramático efectivo. Una de las preguntas que han hecho fortuna en ambas es aquella que dirige el policía al sospechoso durante el interrogatorio:

¿Estaría dispuesto a someterse al polígrafo?”

O, aún más contundente, “al detector de mentiras”.

El poli suele esperar con expresión ansiosa durante la inevitable pausa dramática que el realizador de turno impone a la respuesta del sospechoso, cuya expresión expresa la misma ansiedad.

En esas películas suele concederse al polígrafo una eficacia casi total. Incluso cuando, en películas de espías, sobre todo, se nos dice que el malo o el héroe fueron entrenados para “engañar” al polígrafo, se está concediendo al artefacto una eficacia a través del hecho de que resulta difícil esquivar el veredicto de la maquinita.

El cine es ficción, y aunque su influencia sobre las ideas de muchas personas sobre cómo funciona el mundo es poderosa, no puede culpársele de mal informar al público en general. Quizá el problema concierna más a aquellos que consideran que las películas de Hollywood son una buena fuente de información.

En la televisión, en cambio, la cosa es diferente cuando en algunos programas se presenta como cierto aquello que es motivo de polémica científica o no cuenta, directamente, con sostén científico de ninguna clase.

No hablamos de los conocidos programas de los vende misterios convertidos en estrellas multimedia. Sino de programas cuya fuente principal de contenidos es el escándalo, preferentemente si implica matrimonios rotos, infidelidades o papás desentendidos de su prole. Sobre todo si hay material para montar una buena pelea en el plató.

En España, desde los tiempos de “La Máquina de la Verdad” en Tele-5, con Julián Lago y su famosa coletilla acerca de la respuesta del invitado de turno tras la publicidad, ha habido varios programas que han usado el polígrafo para determinar si el “acusado” se había embolsado dineros públicos, si se había acostado con la esposa del torero o con el marido de la asistenta. Fuera cual fuera el veredicto del intérprete de lo que la máquina registrara, siempre sin consecuencias legales.

Hubo un programa en Antena-3, “La hora de la verdad”, presentado por Alicia Senovilla, con la misma idea general. Y ahora compiten en ambas cadenas otros dos espacios con el mismo aparato en diferentes talk shows .

La competencia entre ellas, debido al éxito de audiencia con la presencia del aparato, lleva ahora a anunciar a Antena 3 una ampliación del asunto con la aplicación de otro sistema de “detección de mentiras” a personas fallecidas. No se trata del mismo asunto del bochorno de “El Buscador”, de Tele-5, del que hablamos aquí, sino de una nueva pretensión de “ciencia aplicada”.

En su día Mauricio José Schwarz, en su blog, se ocupó del programa de Alicia Senovilla, del polígrafo e incluso de la “prueba de voz” que es el sistema que ahora se dispone a aplicar Antena 3 a famosos fallecidos.

Lean esa entrada y tendrá una idea más aproximada a la realidad de estos intentos de detectar cuando la gente miente.

La cadena de deducciones teóricas que conducen a aceptar el resultado del polígrafo es compleja. Las asunciones son que la mentira en preguntas relevantes provoca cierto tipo de estados psicológicos, y solamente el engaño al contestar, y que son, por tanto, diferentes a los estados psicológicos provocados por las respuestas a preguntas de control; que esos estados psicológicos están unidos a unas respuestas fisiológicas específicas, que el polígrafo mide estas concretamente y solo estas, que los registros del polígrafo reflejan los aspectos relevantes del estado fisiológico, que la interpretación humana de los registros es adecuada para discernir entre el engaño y la verdad…

Algunas preguntas que deberían contestarse son si la relación entre los 4 factores medidos y la mentira es científicamente sólida, si el engaño es la única causa que puede provocar esas reacciones, si el hecho d que la mentira fuera espontánea o meditada y reiterativa afecta a la detección, y, por supuesto, ante el evidente riesgo de falsos positivos y viceversa, cual es el grado de perfección que pueden alcanzar la máquina y su interprete. La relación de la mentira con esos procesos fisiológicos, ¿es universal o puede variar en distintas situaciones o con diferentes personas? ¿Puede o no cambiar el resultado de una prueba si la realiza un examinador diferente en cada caso, o si la situación circunstancial no es la misma?...

No parece que nada de esto se respondiera de manera científica cuando se propusieron las bases teóricas del polígrafo. Pero esas preguntas si han sido hechas y respondidas posteriormente. Lo hizo la Academia Nacional de las Ciencias (NAS) de EE.UU. con la cooperación de Board on Behavioral, Cognitive, and Sensory Sciences and Education (BCSS) y el Committee on National Statistics (CNSTAT) Revisó las estadísticas de aplicación del polígrafo y realizó pruebas propias.

En el mejor de los casos, la máquina resulta ser imperfecta y estar muy lejos de proporcionar evidencia sólida científica o judicial. La NAS solo encontró 57 estudios confiables en torno a la eficacia de la máquina, y resultó que todos ellos exageraban la confianza de la misma, a pesar de que ninguno de ellos la encontró ni siquiera cerca de la eficacia total.

“Its accuracy in distinguishing actual or potential security violators from innocent test takers is insufficient to justify reliance on its use in employee security screening in federal agencies.”

La NAS extrapoló los datos de 10.000 test realizados para encontrar espías y resultó que fallaba en el 99,5 % de los casos.

La NAS concluyó que “hay pocas expectativas de que el polígrafo pueda alcanzar una alta exactitud”

Algunos de los periodistas participantes en esos programas de televisión se indignan cuando alguno de los que se van a someter a la prueba se refieren a que la máquina puede equivocarse. “La tecnología de la máquina es de última generación”, escuché personalmente decir a una periodista habitualmente vociferante en los programas en que participa. “La máquina no falla si se hace bien” aseguraba el operador de una de ellas.

El veredicto científico, en cambio, no será el que salvará a estos programas de la acusación de telebasura que pesa sobre ellos habitualmente.


(Enlace a una noticia sobre el asunto)

Una visión diferente del asunto.





domingo, noviembre 05, 2006

Pedro Amorós dice que si es antropólogo.

Cuando leí que, en un programa de televisión sobre paranormalidades en el que Pedro Amorós había participado, colocaron a este un rótulo en el que le titulaban como antropólogo, no le di demasiada importancia, aunque me hizo gracia.

La cosa se comentaba en todas partes con cierto cachondeo, y uno no podía evitar una sonrisa cómplice, compartiendo el chiste inevitable en el contexto de la reciente (y famosa) sentencia y el asunto de los falsos títulos de Amorós.

Pero uno imaginaba alguna clase de error al que Amorós sería ajeno y del cual este se sentiría más bien víctima. Suponía yo al presidente de la AEIP, SEIP o lo que sea, maldiciendo al encargado de colocar tal rótulo bajo su nombre o, al menos, lo inoportuno del error.

Anécdota graciosa para unos, desgraciado error para otros, o deliberada referencia de un rotulista chistoso o de un documentalista bromista, la cosa no daba para mayor reflexión.

Hasta que al mismo Pedro Amorós le dio por intervenir en el asunto.

Lo hizo en el foro de la página web de Manuel Capella, que fue vicepresidente de la misma sociedad que Amorós presidía, donde, en ese tono de chiste y en referencia a esa sentencia que cita los falsos títulos de este, se suscitó el asunto, como en otros lugares de la red.


Asegura Pedro Amorós en su mensaje que el rótulo de marras es cosa del programa, del realizador, dice él. Y es de creer. Lo que cuesta creer es que antes de mencionar esta circunstancia, Amorós se dedique a justificar el uso del calificativo de antropólogo para si mismo.

Si, si, han leído bien:

¡Amorós defiende que el rótulo que lo presentaba como antropólogo es correcto!

El, digamos, razonamiento es para copiarlo tal cual:

"Raro es que yo lea este foro, así como raro es que lea alguno. Sin embargo lo he hecho por esas causalidades que la vida nos depara y me ha sorprendido de entre todos los comentarios este en concreto y por ello voy a dejarles mi opinión al respecto de vuestros prejuicios fuera de lugar.

Según la Real Academia de la Legua Española la palabra ANTROPÓLOGO tiene la siguiente definición:

antropólogo, ga.
(Del gr. ἀνθρωπολόγος).
1. m. y f. Persona que profesa la antropología o tiene en ella especiales conocimientos.

Y según la misma entidad la palabra ANTROPOLOGÍA tiene la que sigue:

antropología.
(De antropo- y -logía).
1. f. Estudio de la realidad humana.
2. f. Ciencia que trata de los aspectos biológicos y sociales del hombre.

Como veréis, el hecho de que un realizador sitúe un sobre título como esta defición para identificar a otra persona que estudia y habla del comportamiento social del hombre - como es y fue mi caso- no es alejarse de la deficinición correcta de la palabra antropología o antropólogo.

La verdad es que lamentablemente no pude ver el programa en que salí y tampoco vi el rótulo que me habían puesto. Sea lo que fuere, por defición es correcto y si alguno de ustedes tiene algún tipo de prejuicio, ese es su problema y desde luego no el del resto de la humanidad. "





Dejando aparte el confuso estilo expresivo de Amorós, (la ortografía es la original) dice que solo prejuicios pueden ser responsables de cualquier desacuerdo con la asignación del título de antropólogo para su persona.

Dice que él practica la antropología o que tiene especiales conocimientos sobre ella. Como asegura escribir sobre el comportamiento social del hombre, imagino que para Amorós, solo prejuicios pueden explicar que no le considere también sociólogo. Para el caso, va a tener razón y, puesto que un ingeniero es quien profesa la ingeniería, y esta es el arte de construir o perfeccionar aparatos o técnicas, Amorós es ingeniero.

¡Ay, si el antropólogo hubiera mostrado sus aparatos con cazuelas y coladores en el juicio, que distinta hubiera sido la cosa! ¿O no?

Pues no. Porque el de Ingeniero Informático es un título oficial, sometido a requisitos que Amorós no cumple y que ocasiona que su exhibición por parte de Don Pedro sea absolutamente ilegal.

Tampoco puede Amorós llamarse antropólogo, o sociólogo, ni pensar que basta con definiciones del diccionario para autotitularse.

Debe recordar Don Pedro que el "profesar" que es requisito en la definición que nos copia de "antropólogo", significa hacer profesión, y que esto es ilegal en nuestro país sin el debido título oficial.

No quiero pensar en la alternativa que supone la posesión de conocimientos especiales en antropología para así titularse. Y que Amorós alegue que el hecho de que supuestamente habla o estudia el comportamiento social del hombre, haría que todo el que pretenda hablar de salud pudiera llamarse médico o que las conversaciones sobre el tiempo hicieran a alguien acreedor al título de meteorólogo.

Pedro Amorós lo tenía fácil, con desmarcarse de lo que a todas luces es un hecho ajeno a él, la cosa hubiera quedado en anécdota y chiste. Con su intervención, ha pasado a monólogo digno de Miguel Gila y al catálogo de barbaridades del más peculiar paranormalero de los últimos tiempos.

Por cierto, ¿Alguien se atreve a adivinar que entiende el personaje por "prejuicios"?


ADENDA

Como fin de fiesta, unas palabras de Amorós respecto del cuestionamiento de su inexistente título, según sentencia, de Ingeniero Informático. Como siempre, respeto su ortografía:


El hecho de que un réprobo personaje - Campanilles (sic.) - niegue ciertos aspecto de mi carrera como informático, sólo da pie a que mentes abyectas, obtusas y prejuiciosas puedan explayarse en lugares como este donde sólo les van a seguir el juego los que tienen su mismo nivel evolutivo y nadie va a salir "al trapo" ni "en la defensa", por simplemente no merecer la pena. Al final os creereis vosotros mismos el hecho que estáis diciendo y pienso que para eso lo hacéis, para autoconvenceros de que hay gente que está a vuestro mismo nivel cultural. Tener carreras, titulaciones y demás diplomas demostrativos sólo sirven para adornar paredes, la realidad cultural e intelectual de cada se define en la calle, "a pie de todos" y estoy plenamente convencido que a muchos de vosotros que os creeis que sois algo por tener un título en un despacho colgado de un miserable cáncamo, os darían "sopas con onda" muchos que ni tan siquiera han estudiado carrera alguna. Y es que no basta con ser, hay que parecer.

jueves, noviembre 02, 2006

Mediumentrevista. ¡Leches!

Ayer escuché a mi mujer y a mi madre en el salón hablando de televisión basura. Me llamó la atención escuchar algo de "espíritus" y entré a ver que estaban viendo. Justo en ese momento, el presentador de un programa, El Buscador, en Telecinco, sin un asomo de sonrisa en su cara, aseguraba a los televidentes que la "entrevista con Carmina Ordoñez" había sido estremecedora, y agradecía a alguien, una mujer, no recuerdo el nombre, su ayuda en la mediación para contactar con ella.

¡Carmina Ordoñez está muerta!, pensé. Como para no saberlo, con los monográficos que coparon todas las cadenas nacionales y autonómicas en su día. Pero choca más cuando seguidamente anunció, con ese tono tan de exclusiva de la telecorazón, que el próximo domingo se iba a entrevistar a Encarna Sánchez, tan fallecida y tan famosa como la anterior.

¡La leche!


En un recuadro apareció el nombre de la medium, pues eso era, y el anuncio de la próxima entrevista a Encarna Sanchez miestras el locutor prometía que por fin podrían los angustiados admiradores de la periodista saber de sus amores secretos y cual era realmente su deseo respecto de su testamento.


¡Otra leche!



Pensé que esto ya era demasiado. Mi madre, que estaba en casa de visita y es muy amiga de los programas del corazón, me tranquilizó:

¡Que burrada, nene, esto no se lo cree nadie, no sufras!

No sé, después de todo, para burradas, Iker Jiménez, y es todo un éxito en Cuatro.

A pesar de lo que mi madre me dice, no deja de mirar la televisión y le veo en la cara esa expresión de "el domingo, El Buscador, que no se me olvide" Debe adivinar, porque me dice:¡Curiosidad, hijo, estas cosas son curiosas, pero no me creo nada"



Busco informes de audiencias en Internet y encuentro en Fórmulatv que El Buscador fué seguido por 2.500.000 de personas, más o menos, lo cual coincide con las cifras de Vertele. Y me prometo que el lunes próximo consultaré de nuevo las audiencias del programa para el domingo, el día anunciado para la "entrevista" a Encarna Sánchez. Ya les contaré.



¡Leches, leches!

viernes, septiembre 29, 2006

La (famosa) sentencia del (famoso) caso.

Me refiero, claro, a la sentencia del juicio sobre la demanda de Pedro Amorós contra Javier Cavanilles y otros por considerar que determinados artículos publicados por este en el diario El Mundo constituían una intromisión ilegítima en el derecho al honor, la intimidad y propia imagen del primero. La sentencia resuelve en su fallo que no hay lugar a las pretensiones del demandante, absuelve de las mismas a los demandados e impone las costas del proceso al primero.

Sobre ello ya han escrito Fernando L. Frías, Mauricio José Schwarz, Javier Armentia, Ricardo Campo, Lois López Vilas, Pilar Verdú y otros.

Entre ellos, Bruno Cardeñosa, que ha escrito un artículo especialmente crítico con la sentencia de la jueza del caso.

Que a Cardeñosa no le guste la sentencia- que no es firme y puede, por tanto, ser recurrida- y que se muestre crítico con ella es algo perfectamente legítimo, o, al menos, lo es en principio, siempre y cuando en la expresión de esa opinión no incurra en un delito, como sostienen algunos que puede haber hecho cuando afirma Cardeñosa que la jueza emitió su sentencia “bajo coacciones” o que era víctima de prejuicios, o que comete cierta variedad de prevaricación.

El artículo contiene algunos de los tópicos de Cardeñosa contra los escépticos, a los que acusa de mantener contra Amorós un “acoso” que “se convierte en insultos, amenazas, extorsiones, difamaciones, agresiones verbales, violencia expresiva”

Niega que sean escépticos, los llama “bandas organizadas” y dice, en la típica maniobra “ad hominem” practicada por Bruno y colegas como Manuel Carballal, que son los mismos que “buscan involucrar al gobierno en el 11-M”

No comentaré estos arrebatos de Bruno, porque en el fondo son simpáticos a fuerza de ser evidentemente disparatados y porque Bruno, cuya tontería no da para tanto, se cuida de dar nombres o ejemplos concretos, sabiendo como sabe que no puede ni debe hacerlo. Menos aún me referiré a los exagerados e inexactos datos acerca de la historia de las Caras de Bélmez que Bruno aporta.

Tampoco quiero meterme en los mismos berenjenales jurídicos en que se mete de manera harto insensata Cardeñosa, entre otras cosas porque ya los comenta muy bien Yamato, que es licenciado en derecho y ejerce de abogado.

Pero hay algo que si quiero comentar. Bruno Cardeñosa hace una interpretación de lo que dice la sentencia que resulta muy sorprendente. Las causas de esa interpretación tan peculiar pueden ser la ausencia de capacidad comprensiva, o el evidente sesgo a favor de Amorós que padece Cardeñosa, que también explicaría el carácter furibundo del artículo que escribe si es que no se trata simplemente de una nueva manifestación del odio confesado por el mismo Cardeñosa hacia los escépticos. No sería extraño tal ataque en quien ha confesado que desea la muerte a los escépticos, ya que como el mismo reconoce, los mentirosos son merecedores de la pena de muerte. Eso si, no se sabe que la haya pedido jamás para algunos de sus colegas pillados en flagrante mentira. Uno no puede evitar sentir escalofríos cuando este espécimen se declara defensor de la democracia. (No deje pasar la oportunidad de leer sobre Bruno, sus odios, sus “miedos” y sus mentiras en esta y esta entradas de “El retorno de los charlatanes”)

Volviendo a la lectura que Cardeñosa hace de la sentencia, afirma que la jueza mantiene en su escrito que es lícito “insultar, vejar, menospreciar, acusar de delitos y maltratar verbalmente a una persona” y que la jueza lo justifica si esa persona “se expresa sobre un asunto polémico, en este caso sobre las caras de Bélmez.”

Bueno, cualquiera que lea la sentencia comprobara que eso es simplemente falso.

La jueza dice que el asunto de las caras de Bélmez es polémico, pero no lo usa para justificar ningún insulto y solo es parte de los razonamientos jurídicos que emplea para fundamentar su fallo.

Antes de ver esto, resulta oportuno explicar que algo es un insulto dependiendo del uso y el contexto general que se de a un determinado término. Así, llamar estafador a alguien es un insulto es determinadas circunstancias y no lo es en otras. Por ejemplo, si un juez condena por estafa a un delincuente, queda claro que llamar estafador a tal tipo no es insultarlo en modo alguno.

Bien, la jueza expresa en su razonamiento algo que resulta evidente para todo el mundo, o que puede resultárselo a partir del momento en que lo lee en la sentencia, pues allí aparece con total claridad. Puede verse en el apartado cuarto de los razonamientos jurídicos de la sentencia. Se trata del conflicto entre la protección de los derechos que Amorós denuncia vulnerados y el derecho a la libertad de información y libre expresión.

La jueza aporta algunas sentencias acerca de esta cuestión como precedentes y, especialmente, dos de ellas del Tribunal Constitucional (51/89 y 20/90) que dicen que en el caso de conflicto entre las libertades de expresión e información y otros derechos, los primeros gozan de posición preferente, citando así mismo el artículo 20 de la Constitución Española donde la institución de la opinión pública, indisolublemente ligada al concepto de pluralismo político, valor fundamental y requisito del funcionamiento de un estado democrático de derecho, tiene como garantías, precisamente, las libertades de información y expresión.

Puesto que es evidente que en este caso nos encontramos en un conflicto entre ambos derechos, la jueza tiene que resolver conforme a determinados criterios, que cita al final del apartado cuarto diciendo que en cuanto se refiere a la información, además de la consideración privada o pública y del grado de proyección pública regular de la persona implicada, se debe tener en cuenta que la información ofrecida sea “veraz”, la cual define sobre la base de otra sentencia del Tribunal Constitucional, exigiendo que la información haya sido debidamente contrastada.

Queda, entonces, a la jueza pasar a aplicar estos criterios, perfectamente legítimos y obviamente sensatos, sobre la base de lo presentado por una y otra parte.

Lo inicia en el apartado quinto de los fundamentos jurídicos de la sentencia respecto de lo que llama “primer núcleo atentatorio” contra los derechos del demandante. Se refiere a las informaciones de Cavanilles acerca de las actividades de la SEIP (Sociedad Española de Investigaciones Paranormales) presidida por Amorós. La jueza encuentra que todo lo publicado por el periodista respecto de ello ha sido debidamente contrastado. La jueza se refiere al asunto del registro legal de la SEIP y los cursos pretendidamente convalidados por una universidad británica. De la prueba practicada se deduce que ni la sociedad estaba inscrita (el propio Amorós presentó un certificado con una fecha posterior a la de la demanda) ni los cursos convalidados por universidad alguna, nacional o extranjera. Todo esto es más que suficiente para que la jueza concluya que, en lo que se refiere a ese “núcleo” de informaciones, no hay intromisión ilegítima en el honor, puesto que la información resulta veraz.

Cardeñosa, respecto a todo esto, asegura que “no tienen nada que ver con la demanda”, sin embargo es Amorós, como se detalla en la sentencia, quien aporta el certificado de inscripción de la sociedad en el Ministerio del Interior. De las barbaridades que dice Cardeñosa al respecto (“En términos comparativos es como condenar a alguien por asesinato porque aunque se ha demostrado que no asesinó, pero sí conoció a una persona que una vez cometió un robo”, entre otras lindezas), mejor no hablar.

El siguiente “núcleo” de informaciones, el objeto real de la demanda, dice Cardeñosa, se trata en el apartado sexto y es donde la jueza habla de “tema abierto” (y no polémico, aunque lo deja implícito con otras expresiones) y donde, en la sorprendente lectura de Cardeñosa, se “legitiman toda clase de insultos”. Apuntemos que la jueza dice que este siguiente es “en definitiva, el núcleo principal de este juicio”, para, nos atrevemos a suponer, tranquilidad de Cardeñosa.

Dice la jueza que el tema genera multitud de información desde hace años y, por tanto, cumple el requisito de proyección pública en suficiente grado. Dice que hay opiniones encontradas y que, por tanto, el deber de información no excluye la presentación de opiniones contradictorias con las del demandante. Por tanto, dice la jueza, no hay intromisión en el honor de nadie cuando se presentan ideas y pensamientos acerca de esta cuestión en la que resulta evidente que la posibilidad de engaño es real y se sigue de manera razonada- que no necesariamente cierta- de lo escrito. En cuanto los hechos recogidos en el artículo, todos ellos están debidamente contrastados, dice la jueza, y de la aplicación de los criterios antes referidos y bien sustentados en sentencias del Tribunal Constitucional y en la propia Constitución (prioridad de la libertad de expresión e información sobre cualquier otro derecho, debida diligencia del informador, etc.) se sigue que no hay vulneración del honor.

Respecto a lo correcto de la fundamentación jurídica de esta sentencia, no puedo pronunciarme, pues no estoy capacitado para ello. Pero me parece indudable que la sentencia no dice ni de lejos lo que Cardeñosa dice entender en ella. Y me parece que cualquier lectura serena y ponderada de la misma estará de acuerdo conmigo, se comparta o no el fallo.

Lo demás es una mera expresión de rabia hacia los críticos y la propia jueza en forma de acusaciones sin fundamento que vienen de quien, precisamente, dice pretender solo la preservación del honor de las personas.

jueves, septiembre 21, 2006

Tampoco hay caras en Marte.


Las últimas fotografías de la región marciana de Cydonia, tomadas por la Mars Expres de la ESA con una resolución de 13 metros y pico por pixel, arrebata más rasgos "faciales" al aspecto de la famosa formación.



Algunas fotografía de la región también dan un toque mortal a las supuestas ciudades, carreteras y pirámides observadas por algunos en las antiguas fotografías de la Viking 1 del 25 de julio de 1976.


El artículo de la ESA cita la literatura "más o menos seria" que generó la famosa imagen de la Viking acerca de civilizaciones desaparecidas etc.

"A pesar de todo el esto, la interpretación científica formal nunca ha cambiado: la cara sigue siendo un producto de la imaginación humana en una superficie duramente erosionada."

¿Desaparecerá la "Cara de Marte" del repertorio de los cuenta misterios?

Es dudoso. Muchos otros supuestos misterios quedaron pronta y largamente explicados sin que los misteriólogos se dieran por enterados.

lunes, septiembre 11, 2006

Por fin: ¿Qué es el escepticismo?

Resulta curioso como intentan algunos hacerse con el “título” de escéptico o de “verdadero escéptico” con tal de dotar de legitimidad cualquier charlatanería paranormalera y quitársela, al tiempo, a quien denuncia tal carácter para las mesas que levitan, los visitantes de “dimensiones paralelas” o cositas semejantes.

Parece comprensible que podamos creer que nuestra propia postura es razonable y que los que sostienen otra distinta nos sobrepasan por irracionales o no llegan por fanáticos. Todos creemos sostener ideas ciertas o razonables. Es decir, todos pensamos que somos racionales a la hora de sostener nuestras opiniones y creencias, incluso hay quien piensa que es racional sostenerlas en contra de toda evidencia, pero el querer hacerse con una denominación concreta, nada general como pueda ser “racional”, sino algo tan concreto como “escéptico” y huir de otras como “dogmático” es algo diferente. No se trata aquí de sostener que uno es, qué se yo, violento porque es algo que se debe ser, o que uno es antidemocrático porque la democracia es mala, o cosa parecida, sino de hacerse con ese calificativo y quitarlo a otros. Se trata de obtener un mero título, aún a costa de pervertir su significado, no de justificar la propia postura.

Sorprendente, quizá, pero no nuevo. Muchos regímenes políticos en cuyo seno no es posible la discrepancia o la mera expresión de la voluntad soberana se llaman a sí mismos “verdaderamente democráticos”. El recurso usado es redefinir el término excluyendo aquellos aspectos que no están presentes en sus sistemas políticos. En el Islam, no el fundamentalista, claro, pues estos no esconden nada, sino en el moderado, ocurre algo parecido con el término “feminismo”. Este “feminismo islámico” mantiene la discriminación en los derechos de herencia, la necesidad o idoneidad del velo femenino, la diferente función en el matrimonio, la poligamia, el derecho de tutela por parte del marido sobre la mujer, etc. Consigue amparo en el multiculturalismo y las expresiones de lo políticamente correcto, con su discurso postcolonial, pero esta es otra cuestión. El caso es que se dice que esta es una igualdad “diferente”, y, por supuesto, superior a la occidental.

Ambos ejemplos comparten con el caso de los falsos “verdaderos escépticos”, un aspecto evidente. Todos ellos pretenden ser acreedores del calificativo y acusan al estándar de falso, pareciendo que desean el término pero desprecian su significado, deseando alterarlo.

Pero en el ejemplo político y en el religioso parece claro que ese deseo de alterar el significado de esos términos nace de una hostilidad ideológica o religiosa hacia el verdadero, pretendiendo, a través de la adopción del término (verdadero demócrata o verdadero feminista) obtener visa de racionalidad, certeza o utilidad hacia sus ideas o creencias, demonizando el auténtico.

Sin embargo, en el caso de los amigos de lo paranormal, hay algo distinto. Se trata, creo yo, de un desconocimiento increíblemente ingenuo de qué significa ser escéptico. Los paranormaleros no creen necesario cambiar nada respecto del significado, no son hostiles a él, lo que ellos pretenden es que quienes se titulan “escépticos” no conocen o no practican el escepticismo estándar. Sin embargo, todo lo que pueden hacer si surge la cuestión es remitirse a la definición de un diccionario de la lengua. Y, por supuesto, tras oportuna búsqueda en Internet, nombrar a Pirrón.

Quines así actúan desconocen la evolución de ambos términos (escepticismo y dogmatismo) y la flexibilidad que poseen, sobre todo en la historia del pensamiento. En relación a esto, es corriente leer verdaderas barbaridades a la hora de hablar del “verdadero escepticismo”; autenticidad que se suele buscar en la antigüedad. Así, Pirrón es el candidato número uno a la hora de ganar el premio al “verdadero escéptico”. Es decir, como Pirrón fundó una escuela filosófica llamada “escéptica” hace nada menos que 24 siglos, este debe ser el “genuino, verdadero escéptico” y su doctrina el “verdadero escepticismo”. Como, además, es corriente leer la palabra “duda” unida al escepticismo pirrónico, se suele decir que el verdadero escepticismo es el que duda de lo establecido- o lo académico, lo “oficial” o cosa parecida- e investiga todo, por dudar de todo. Manuel Carballal, ejemplo señero de persona que niega a los “arpíos” el calificativo de escépticos y que cree merecerlo él mismo, escribía de manera ilustrativa sobre esta cuestión en el mensaje 3662 del 2 de enero de 2006 en la lista de correo de Yahoo, “salsarosa paranormal”, hoy desaparecida:

“Y otra cosa, escepticismo (aunque algunos
sinverguenzas se apropien de este termino, igual que
otros sinverguenzas se apropian del termino chaman,
investigador, periodista, etc) es solo una corriente
filosofica, fundada por Pirrón, que proclama la duda
como metodo de conocimiento.” (Ortografía original)

Este texto ilustra esos aspectos que comentaba:

El escepticismo es “solo” una corriente filosófica. (Y fuera de la Filosofía, por tanto, no hay escepticismo que valga) Una y nada más, inamovible, exclusiva. Todos los escépticos posteriores son “falsos” escépticos. Todo uso del término queda así relegado a usos figurados, todo lo más. Además, la duda pirrónica es la base de un método de conocimiento.

¿Problemas? Varios. Para empezar, hay escépticos anteriores a Pirrón y los hay posteriores. El término no es como una denominación de origen, sino que tiene un significado etimológico anterior en virtud del cual se le aplica a Pirrón y su doctrina y…a todos los que puedan ajustarse al mismo independientemente de cual sea esa doctrina concreta, o incluso a meras actitudes generales. Basta con que contenga elementos ajustados al significado del término.

El principal problema, no obstante, es que la doctrina de Pirrón no hacía de la duda ningún método de conocimiento. Al contrario, sus dudas atacaban toda pretensión de conocer cualquier aspecto del mundo. Lejos de ser un método de conocimiento, es una renuncia expresa a él. Para Pirrón no hay que investigar nada, es una pérdida de tiempo y fuente de infelicidad. El pensamiento de Pirrón se dirige al terreno moral y su máxima preocupación es alcanzar la felicidad. Para Pirrón solo puede conseguirse suspendiendo el juicio, pues ninguna opinión es verdadera y la felicidad procede de no sostener ninguna opinión, absolutamente ninguna. De hecho, Pirrón jamás escribió una sola palabra sobre ninguna cuestión. ¿Qué diría Pirrón sobre la existencia de OVNIs o su naturaleza? Que ni él ni nadie sabe ni puede saber y que no le interesa en absoluto y que todo el que se preocupe por una cuestión como esa, máxime si la “investiga”, no es un verdadero sabio y será infeliz.

¿Es Carballal un “auténtico escéptico”? ¿Lo son los audaces “investigadores” de kilométrica “búsqueda”?

¿Entonces, qué son? ¿Y, qué somos los actuales escépticos?

¿Se sorprendería el audaz investigador si le dijera que él es un “dogmático? ¿Se sentiría ofendido? Casi seguro, suele ocurrir con este término lo mismo que con “escéptico”, es muy desconocido en sus varias acepciones en relación con el problema del conocimiento. Pero el significado filosófico corriente de dogmático es el de que no existe un problema del conocimiento. En general, confía en la posibilidad absoluta de conocer, de encontrar la verdad.

Tomados en el sentido pirrónico, pocos escépticos “verdaderos” existen, y abundan los dogmáticos, de ahí que se investigue. Desde luego, creo que la mayoría somos dogmáticos en el sentido de creer que la búsqueda vale la pena, puede ser fructífera y puede ser ella misma fuente de felicidad.

Pero si bien hoy en día nadie es escéptico en el sentido pirrónico, nadie es tampoco un dogmático pleno. Pues nadie se plantea hoy en día la ausencia de un problema del conocimiento y toda reflexión epistemológica aborda tal cuestión como punto de partida.

Pero si no es el antiguo pirronismo el que se corresponde con el escepticismo actual, tampoco el practicado en el renacimiento, que dio lugar a una curiosa situación:

Para atacar el dogmatismo católico, los protestantes tomaron posturas dogmáticas, mientras que los católicos, para defender sus dogmas, adoptaron posiciones escépticas.

Lutero atacaba el criterio de verdad de la Iglesia Católica, y se vio enfrentado a algunos pensadores que defendían a esta. Es el caso de Erasmo de Rótterdam, del cual es conocida su aversión hacia las discusiones teológicas racionales. Para permanecer dentro de la fe, Erasmo propuso una defensa escéptica de la fe católica, basada en dogmas, y así, escribió en su “Elogio de la locura” que:

"Los asuntos humanos son tan oscuros y variados que nada puede conocerse claramente. Esta fue la sana conclusión de los académicos (los escépticos académicos), que eran los menos ariscos de los filósofos"

Erasmo aceptaba que no podía determinar qué era cierto en materia de religión, y que esa tarea correspondía a La Iglesia.

Lutero, que rechazaba los dogmas católicos y defendía el uso de la razón para encontrar la verdad religiosa, tuvo que adoptar posturas dogmáticas y rechazar todo escepticismo; en “De Servo Arbitrio” Lutero dice que el cristianismo es anti escéptico y que requiere la afirmación de ciertas verdades.

Más tarde, Montaigne tuvo que hacer lo mismo que Erasmo, llegando a reivindicar el pirronismo más férreo para defender el dogma católico por medio del fideísmo. Y su discípulo, Pierre Charrón, hizo lo mismo para atacar a los ateos. Escépticos dogmáticos, curioso.

Tampoco es Descartes el antecedente del moderno escepticismo. Ni la duda de Descartes lleva al mismo territorio que la de Pirrón. ¿Recuerdan aquella frase de Carballal acerca de lo que era “el verdadero escepticismo”, la “duda metódica”? Esa confusión es muy corriente. Pero resulta que Descartes no es escéptico, antes al contrario. Descartes acepta los argumentos pirrónicos para alcanzar, al contrario que aquél, una seguridad total y absoluta. Es equivocada la creencia de que la base del método cartesiano es la duda, su base es el “cogito ergo sum”, algo de lo que no puede dudarse, la base segura de todo argumento, un obstáculo tras el cual no es posible la duda un dogma, después de todo. El uso del “verdadero escepticismo”, según Descartes, llevaba a su aniquilación.

El moderno escepticismo, aquél que los paranormaleros rechazan, nace de David Hume.

Hume veía el escepticismo como una actitud moderadora de la especulación. Consideraba que en lo referente a lo que escapa a nuestra experiencia y nuestros sentidos, el escepticismo debe ser total. Nada no es accesible de ese “mundo”. Sin embargo, respecto del mundo de nuestra experiencia, de lo sensible, Hume recomendaba un escepticismo moderado, un reconocimiento de nuestros límites para conocer y de la posibilidad de error incluso en aquello que podemos conocer.

Hume reconocía, pues, la posibilidad de un conocimiento del mundo, pues el escepticismo pirrónico era, en opinión de Hume, imposible de llevar a la práctica y conducía, directamente, al absurdo y la inactividad. Las razones del escepticismo riguroso, decía Hume, “se desvanecen como el humo” al enfrentar la realidad. Uno sabía que comer quitaba el hambre, y que sin alimento, alguien muere.

Traza Hume los límites de su escepticismo y define que debe ser este al distinguir entre un escepticismo “antecedente” y otro “consecuente”.

El primero, el de Descartes, lo considera inútil a la hora de conseguir convicción para cualquier argumento, pues la duda Universal y la veracidad divina no prueba nada, después de todo, o probaría que los sentidos no nos engañan nunca, algo claramente falso.

El escepticismo consecuente sería el aplicable a la investigación o a los conocimientos adquiridos. Recomienda cautela y rigor metodológico, limpieza de prejuicios e imparcialidad.

Hume estableció, al proporcionar un golpe al orgullo de los “constructores de sistemas que lo explican todo” el modo en que debían rechazarse las especulaciones metafísicas sobre una base lógica.

Con la Ciencia y la reflexión sobre sus límites, se alcanza un nuevo escepticismo, el actual.

Mario Bunge, físico y filósofo de la Ciencia y miembro de organizaciones escépticas como CSICOP o ARP, es quien se ha referido a esta cuestión de manera explícita.

Dice Bunge que el escepticismo científico es parcial y metodológico, no total y sistemático.

Toda duda será parcial, no total. Una idea científica se evalúa respecto del cuerpo general de conocimientos, un teorema matemático a la luz de sus premisas y de las leyes lógicas; una teoría física según su coherencia lógica y pulcritud matemática, así como según su armonía con otras teorías físicas y su correspondencia con los datos empíricos pertinentes, y una teoría química según las teorías físicas que presupone y según se ajuste o no a otras teorías y a los datos experimentales pertinentes.

Es decir, no es posible cuestionarlo todo al mismo tiempo, se pone en duda una proposición, nunca el valor de la investigación científica ni la Ciencia íntegra.

El investigador no es crédulo, no cree lo primero que se le ocurre o le proponen, sino que examina. El escepticismo no es, además, meramente crítico y dubitativo, la crítica es un medio para alcanzar un conocimiento, pero el escepticismo es constructivo: rechaza o acepta proposiciones mediante su enfrentamiento con otros conocimientos y su análisis lógico.

Como escribe José Manuel San Baldomero Ucar, analizando a Bunge:

“Los escépticos metodológicos o científicos ni son crédulos, ni tampoco dudan de todo al mismo tiempo. Creen lo demostrado, ponen en duda o en suspenso lo que aún no ha sido probado, y rechazan cuanto no armonice con el grueso del conocimiento científico. Su escepticismo no es un escepticismo total y desesperado, sino parcial y esperanzado: con principios y fe en la capacidad del ser humano de avanzar en el conocimiento de la realidad. Una fe crítica y no ciega. Sin creer en supercherías, sino en teoremas bien demostrados, experimentos bien diseñados, y teorías bien confirmadas, así como en axiomas coherentes y fértiles. La pseudociencia y la pseudotécnica constituyen para Bunge la versión moderna del pensamiento mágico. Hay que criticarlas no sólo para limpiar los cerebros de basura intelectual, sino también para evitar que sus explotadores limpien los bolsillos a los crédulos.”

lunes, septiembre 04, 2006

El lio de los planetas.

Acabo de terminar mis vacaciones. Hoy es el primer día en casa de vuelta del campo. Me siento obligado a escribir algo y, por otro lado, siento cierta pereza. Así, me limitaré a copiar algo que escribí hace un par de años y que puede venir a cuento de la "movida" científica del verano, la de Plutón, la nueva definición de "planeta" y los que componen el Sistema Solar.

Con ello celebro el reencuentro con esta bitácora y el trabajo.

20/05/2004

8 ú 11.¿Cuantos planetas hay en el sistema solar?

Si el descubrimiento de Quaoar ya desencadenó la tormenta de la estructura del Sistema Solar entre la IUA IUA (Unión Astronómica Internacional) y un número cada vez mayor de astrónomos y científicos planetarios, el de Sedna amenaza rayos y centellas.

En este momento, y a la espera de una decisión de la IUA acerca del estatuto definitivo de los dos últimos objetos descubiertos, la estructura del Sistema Solar es esta: 9 planetas, un cinturón de asteroides entre las órbitas de Marte y Júpiter y otro entre las de Saturno y Urano, este último heredero del antiguo “objeto extraño” Quirón.

El principal motivo de desacuerdo entre la IUA y aquel grupo de científicos es el estatuto de Plutón. En el mejor de los casos, para los “disidentes”, Plutón es un planeta doble, junto al oficialmente considerado su satélite Caronte. La mayor relación de masas que existía entre un planeta y sus lunas era la de la Tierra-Luna (aproximadamente 1 a 80. Harían falta 80 Lunas para formar un planeta Tierra). Para el resto de los planetas, la totalidad de las masas de sus lunas no alcanzan ni la milésima parte de su masa. Al descubrir Caronte y determinar su masa se encontró la extraordinaria relación de 1 a 10 (harían falta 10 Caronte para formar un Plutón). Esta circunstancia comenzó a fraguar la condición de planeta doble para el conjunto Plutón-Caronte.

Pero estos científicos cuestionan el carácter de planeta de ambos cuerpos. Los argumentos principales para ello son que la órbita de Plutón es muy inclinada, lo cual parece ir en contra de que Plutón se formara en el mismo proceso que el resto del sistema y a favor de ser una “captura gravitatoria” de un asteroide, por parte del Sol, que la composición de Plutón se asemeja mucho a los cuerpos helados encontrados en el Cinturón Kuiper-Edgeworth y que el desplazamiento de Plutón se encuentra en resonancia con el planeta Neptuno. Esto quiere decir que se encuentra afectado por la influencia gravitatoria del planeta. De repente, se empezó a hablar de Plutón y Caronte como de Objetos Transneptunianos o de Objetos del Cinturón Kuiper. Sin embargo, la IUA sigue asignando a Plutón el estatuto de planeta.

Sedna y Quaoar tienen un tamaño importante y según parece su composición es bastante similar a la de Plutón. La IUA se refiere a ellos como objetos planetoides. ¿Decidirá la IUA que el Sistema Solar tiene 8 planetas, despojando a Plutón de su condición actual, o serán 11 los planetas reconocidos?
En cualquier caso, el problema puede agravarse, nuevos telescopios, dotados de nuevas tecnologías y mayor tamaño, anuncian la posibilidad de nuevos descubrimientos, algo a lo que ya dedican sus esfuerzos numerosos grupos de trabajo.

lunes, junio 19, 2006

En la nueva casa de las caras de Belmez, hay algunas falsas, seguro.

O eso dice Pedro Amorós.

Pero, por supuesto, si hay algún sospechoso de esa falsificación, es Francisco Máñez, o alguien enviado por él. Ni Amorós ni la SEIP (o como se llame) tienen responsabilidad alguna, porque, dice, Amorós, el firmó un papel el 5 de diciembre (con fecha posterior, pero se firmó ese día, dice), en el que no se hace responsable de que pueda aparecer alguna cara “falsa”.

Asegura Amorós que un día, después de aquello, apareció un “carón” que estaba para él evidentemente pintada en el suelo utilizando aceite. Según Amorós, la influencia de Máñez al hablar de aceite, tuvo algo que ver con que alguien acudiera allí con aceite a “reforzar una cara para que se viera más”. Aunque, dice, que pudo ser “perfectamente, Paco Máñez o cualquier enviado por él para que falsificase aquellas caras” para echarles el “muerto encima”. Y dice que eso lo intuye porque no ha salido quien hizo esas caras.

Curioso razonamiento. Como no sabemos quien hizo las “caras falsificadas”, podemos decir que “perfectamente pudo ser Máñez”. O quien nos pete, claro. Es, como digo, una manera muy curiosa de razonar, pero no nueva, ni mucho menos. Para esta gente, del mismo modo que Máñez puede ser el autor de ese fraude, porque no se sabe a ciencia cierta quien fue, las demás caras son paranormales, pues no se sabe a ciencia cierta que sean normales. Esa es la base de la confianza en que las caras de Bélmez, nuevas o antiguas, son un fenómeno paranormal, que no se sabe a ciencia cierta que sean normales. No les importa que pudieran ser fruto de fenómenos bien pedestres, incluido el fraude, o se demuestra a ciencia cierta cómo se realizaron esas caras o son paranormales.

Por cierto, no aparece por ninguna parte la “ciencia cierta” que confirme que el “carón” fuera una falsificación, pero eso no es problema para Amorós: son normales y falsificadas. No hay, que yo sepa, ninguna explicación para que si una cara está formada por agua o humedad no deba concluirse el fraude, pero si, si hay aceite. Pero así parece ser, si aparece aceite, son falsas, si solo hay agua, no. Habrá que investigar, digo yo, por qué los “entes pintores” son tan hidrofílicos como oleofóbicos.

Curioso que quien demanda a otro por acusarle de estar relacionado con un fraude haga exactamente aquello que considera que debe acabar en los tribunales. Acusar en un medio público de falsificar caras.

¿Será que es privilegio de los “himbestigadores”?

Al menos, Guillermo Núñez intenta parar una acusación probadamente falsa contra Pedro Gimeno y Lola Cárdenas que intenta colar Paco Lucha respecto de los famosos “gusanitos” de Bélmez insinuando alguna relación de "intento previo". Aunque, dice, el guarda las pruebas de aquello, que son suyas, leche.



Pueden escuchar a todo esto en el programa del espacio de radio "Nostromus" titulado "Pedro Amorós al desnudo" de junio de 2006.

sábado, mayo 20, 2006

Código Da Vinci: ¿Secreto a voces?

Casi lo consigo. Escapar a escribir algo sobre “Él Código Da Vinci”, quiero decir. Pero no, esta es mi propia aportación a la “polémica”,breve y nada original, pero aportación al fin y al cabo.


No he leído el libro, me lo desaconseja mi sentido común, la mucha lectura pendiente acumulada y las críticas de quienes si la han leído. La crítica a la película, calificada por algunos como “de serie B” y que en una escena supuestamente dramática, aquella en la que se desvela la verdadera identidad de algún protagonista de la trama, haya causado una explosión de risas en la sala de proyección, y que, aún así, afirme que no es tan mala como el libro, terminan por convencerme de que sería una pérdida de tiempo.


Pero conozco, como todo el mundo, la “tesis” principal de la obra. La supuesta verdad por la que la Iglesia Católica mata y que fué supuestamente codificada por Leonardo (el tal Brown se refiere a Leonardo como Da Vinci, en contra de toda tradición y en favor de la costumbre anglosajona de llamar por el apellido, que en el caso de Leonardo no siquiera es eso, sino el lugar de su nacimiento).


A saber, que el cenácolo de Leonardo muestra a una mujer, que sería María Magdalena, que no se ve el cáliz por ningun parte y que las figuras de Jesús y la femenina forman una gran M.


De ahí saca Brown su historia, aldecir de muchos tomada prestada, y que también difunde Javier Sierra en uno de sus libros. Que el cuadro cuenta la historia de que Jesús estaba casado con María de Magdala, que tuvo hijos con ella y que, por tanto, ella era el Santo Grial depositario de la sangre de Cristo. Que esta huyó a Francia donde sus hijos fundaron una dinastía de reyes, la merovingia.


En esta entrada me centraré- muy poco, la verdad, estamos casi al final de lo que escribo- en las afirmaciones acerca del cuadro de Leonardo, excepto en la tercera, aquella de la gran M, pues me parece realmente ridícula y traída por los pelos. Así, respecto de la figura de aspecto femenino y la ausencia del cáliz, los expertos en Arte se han hartado de pedir que se inserte la obra en el contexto de los “tipos” de la época para comprobar que a San Juan se le repsenta frecuentemente con aspecto femenino, para acentuar su juventud, y que no es raro que falte el cáliz.


Es frecuente, como digo, esa petición, pero es mucho más rara la inclusión de alguna referencia y no he encontrado ningún sitio web, página o blog que mostrara alguna imagen. Me tocó buscarlas. Y me dije que no sería mala idea incluirlas en paranormalidades. Puede servir de ayuda a quienes, como yo, echaban de menos alguna imagen sobre los “tipos” artísticos que mencionan los expertos. Y eso he hecho.


Por lo que yo he visto y ustedes pueden comprobar, es cierto. Antes, durante y después del tiempo de Leonardo, a Juan se le representa con aspecto claramente femenino y en muchos cuadros falta el cáliz. Así que parece que Leonardo no era “Gran Maestre” de nada (que, digo yo, debería ser prior, que es el máximo cargo en un priorato) o el poder estaba muy compartido en esa sociedad, so, simplemente, Brown está equivocado.


Desde luego, esta galeria no es exhaustiva, hay muchos más cuadros de la época, de las anteriores y posteriores con el mismo tema, y yo mismo guardo unos cuantos ejemplos más.


Sin más, las imagenes.

La primera, la última Cena de Leonardo. Después varios ejmplos anteriores, contemporáneos y posteriores a su obra.











viernes, mayo 12, 2006

Un amigo de los ETs y los escépticos


En una lista de correo, Arkantos, seudónimo del administrador del sitio web “Mistery Planet”, un delirante partidario de la hipótesis de que estamos siendo visitados, secuestrados y manipulados por extraterrestres, expone lo que él considera que es el pensamiento y el actuar escéptico, que el llama “debunker” pues, como viene siendo habitual entre quienes de escépticos no tienen ni la idea de qué pueda significar, gusta de llamarse “auténtico escéptico” Es parte de una reacción desmesuradamente absurda ante el hecho de que uno de los administradores de la lista, José Antonio Roldán, ha considerado oportuno mandar el contenido de la revista “El Escéptico Digital” para la consideración del mismo. Algo que, al parecer, ha enfadado sobremanera a Arkantos y ha motivado un ataque con caracterización psicológica aficionada incluida por parte de este hombre a los “debunker”·

Por ser algo generalizado este desconocimiento del significado del ser “escéptico” así como esta clase de caricaturización del pensamiento y obrar de quienes así nos consideramos, copio a continuación su mensaje en la lisa así como mi respuesta al mismo. La próxima semana intentaré un acercamiento histórico al escepticismo y su evolución en esta bitácora.

En negrita los párrafos de Arkantos y, con cada uno de ellos, mi propio comentario ligeramente adaptado para su publicación en paranormalidades:


Pero oye, recordemos algunos de los versículos de la Biblia de la que sacas tus palabras, con esto PROBARÉ aquello que dije antes de que todos los debunkers (escépticos fanáticos negacionistas) usan exactamente SIEMPRE los mismos ardides:

Primero deberías probar que existe una "Biblia" del debunker, al tiempo que intentas comprender que ante las mismas falacias no cabe sino la misma respuesta. Vamos que si alguien dice que dos y dos son cinco solo encontrará la misma respuesta: mentira. Con un poco de cultura general vas más que sobrado. A no ser, claro está, que en tu obnubilada forma de entender el mundo, un texto escolar y un sencillo libro de lógica argumentativa sean equivalentes a "Biblia", cosa que explicaría muchas cosas.

Evidentemente, esto es todo inventado y constituye una conocida falacia lógica, la de "El hombre de paja" algo que no parece perturbar a los vende misterios como tú. Pero puede ser divertido contestar a algunos de los puntos de esta increíble mezcla de despropósitos e ignorancia de las elementales leyes de argumentación:

Debunkeando Inteligencia Extraterrestre

a.. Indique que un objeto volador "no identificado" es sólo eso, y no puede ser automáticamente asumido como extraterrestre. Haga esto haya o no haya sido asumido como extraterrestre por alguien involucrado.

Desde luego, es evidente que algo no identificado permanece sin identificar, y que llamarlo “evidencia de naves extraterrestres” es pretender identificarlo. Pero no es cierto que el “debunker” haga nada parecido a lo que sugiere Arkantos en la segunda frase.

b.. Iguale las leyes de la naturaleza con nuestro actual conocimiento de las leyes de la naturaleza. Entonces etiquete a todos los conceptos como antigravedad o desplazamiento interdimensional como meras suposiciones porque "la ciencia de hoy día no puede explicarlo, entonces no puede existir". Entonces, si una nave anómala es reportada por haberse desplazado silenciosamente, por haber hecho giros en ángulo recto a velocidades supersónicas y luego desaparecer instantáneamente, usted puede sumariamente desechar el reporte.

Ejemplo de incomprensión del verdadero argumento escéptico, cosa que abunda en el escrito. En realidad sería así: Si algo contradice nuestro actual conocimiento de las leyes de la naturaleza, no deseche estas y la sólida evidencia que las avala solo porque alguien reporte haber visto cosas que las desafían. Recuerde los límites de los órganos sensoriales humanos y el rango del testimonio frente a la experiencia repetida.

Yo se lo que vi.

Yo se lo que vi II.

Distinga entre hechos y suposiciones. Por ejemplo, la antigravedad y los desplazamientos ínter dimensionales no pasan de elucubraciones. Las hipótesis que precisan de bases especulativas son especialmente frágiles, como nos demuestra sin ninguna duda la historia del pensamiento.

c.. Declare que no hay prueba de que la vida pueda existir en el espacio exterior. Como la mayoría de la gente todavía se comporta como si la Tierra fuera el centro del Universo, usted puede tranquilamente ignorar el hecho de que la Tierra, la cual ya está en el espacio exterior, tiene abundante vida.


Muy divertido. Pero falso, claro. En primer lugar ningún debunker, y menos yo, ha afirmado semejante cosa. Segundo, son, precisamente, los debunker quienes más han insistido en desplazar al hombre y su mundo de la posición central. Tercero, son, más que nadie, los que creen que nuestro mundo tiene algún interés para atraer el esfuerzo de civilizaciones extraterrestres los que colocan a la Tierra y al ser humano en una situación especial en el Universo. Junto a aquellos que no lo creen, claro, pero tienen interés en que se crea y, estos si, aprovechan la tendencia humana a sentirse especial de algún modo.

d.. Apunte que el programa oficial SETI asume por adelantado que la inteligencia extraterrestre puede sólo existir años-luz de distancia de la Tierra. Tome esta asunción a-priori como prueba conclusiva; entonces insista que esto invalida todos los reportes de contactos ET en la Tierra.

Es falsa esa afirmación acerca de las asunciones del SETI. Es evidente que la velocidad de la luz hace que si una civilización se encontrara a menos distancia, ya habría sido detectada. El SETI solo racionaliza sus limitados recursos. No se trata de una mera detección, sino de una búsqueda activa, lo cual exige un rango de actuación muy alejada.

Los reportes de contactos ET en la Tierra se invalidan por razones diferentes, como sabe cualquiera que realmente conozca la actitud debunker, que se corresponde punto por punto con las conclusiones de la Teoría del Conocimiento, esa gran desconocida entre los amigos de ET.


e.. Si se presenta fuerte evidencia para el accidente de un OVNI o algún caso similar, provea miles de páginas de información detallada acerca de proyectos militares anteriormente secretos que puedan concebiblemente responder por eso. Cuanto más voluminosa sea la información, menor es la necesidad de demostrar cualquier conexión entre el evento reportado y el proyecto militar.

Este caso sigue siendo hipotético, jamás se ha presentado ningún tipo de evidencia que cumpla esas condiciones. Pero la forma correcta de actuar en ese caso no es la que fantasiosamente y maliciosamente asigna Arkantos. Descarte que los "restos" no puedan corresponderse con artefactos humanos antes de cometer la barbaridad de llamar "evidencia" a lo que no es más que una interpretación apresurada de unos objetos. Considere las probabilidades respectivas de ambas posibilidades:

1. Restos de un proyecto militar secreto, por muy posible que sea la eventual dificultad de establecer de manera absolutamente certera la conexión, como arteramente exigen los amigos de ET

2. Evidencia de una nave accidentada, considerada "incontrovertible" a pesar de su precariedad, basada en supuestos razonamientos que desafían toda norma argumentativa. En este caso no se exige "certeza" absoluta.

f.. Cuando alguien produce la pretendida evidencia física de tecnología extraterrestre, apunte a que ningún análisis puede probar que su origen es extraterrestre; a fin de cuentas, puede ser producto de un perfectamente ordinario ultra secreto laboratorio subterráneo gubernamental. La única excepción sería la evidencia obtenida de un aterrizaje en el césped de la Casa Blanca (la única circunstancia universalmente aceptada por generaciones de escépticos como concluyente certificado de origen extraterrestre).

Cierto, hasta ahora toda la evidencia física de tecnología extraterrestre ha sido "producida". Manufacturada, podríamos añadir. Ante la caricatura de Arkantos, que pretende esconder tras ella la triste realidad de que esos "productos" son perfectamente explicables sin recurrir a cabezudos grises, considere cual sería una verdadera evidencia.

g.. Si fotografías u otro medio visual mostrando fenómenos aéreos anómalos han sido presentadas, discuta que como las imágenes pueden ser actualmente manipuladas en forma digital, no prueban nada. Afirme esto sin importar la cantidad del material o las circunstancias de su adquisición. Insista que cuanto mejor sea la calidad de una foto de un OVNI, más grande es la posibilidad de un fraude. ¡Las fotos que han pasado todas las pruebas conocidas pueden ser tenidas entonces como las más perfectamente fraudulentas de todas!

En el hipotético caso de que una imagen hubiera "pasado todas las pruebas", cosa que hasta ahora no ha ocurrido y que los Arkantos de este mundo no consideran necesario, como se ve en su caricatura anterior- para estos héroes de la humanidad, o se descubre de manera indubitable el fraude o este está descartado, a pesar de que se ríen de la exigencia de la misma indubitabilidad en el caso de sus razonamientos claramente defectuosos- tendríamos una prueba de algo anómalo, jamás de que unos seres grises con enormes cabezas pilotan esos objetos. Afortunadamente, solo ese reducto irracionalista de firmes defensores de visitantes abandonan toda precaución ante la posibilidad de fraude fotográfico- a no ser, claro, que los "hilos" sean bien visibles, pues son fanáticos, no tontos- y conceden un rango mayor a sus especulaciones fantásticas.

Recuerde: Si una fotografía o película muestra algo aparentemente anómalo, esto no puede ser considerado automáticamente una evidencia de nada, sobre todo si se tiene el descaro de exigir certeza absoluta al resto de posibilidades. Se llama jugar sucio. Evalúe las distintas pòsibilidades en un mismo nivel de exigencia.


h.. Discuta que todos los reportes de humanoides extraterrestres deben ser falsos porque la evolución de la forma humanoide en la Tierra es el resultado de un número infinito de accidentes en un entorno genéticamente aislado. Evite responder a la lógica proposición de que si visitas interestelares han ocurrido, la Tierra no puede ser considerada genéticamente aislada en primer lugar.

Piense que aquí, en la Tierra, las especies se definen por su respectivo aislamiento genético. Aún así, el parentesco interespecies terráqueas- el parentesco entre un paramecio y su vecino del quinto derecha, por ejemplo- es enorme comparado con el que se puede esperar de una especie sin relación alguna con la vida terrestre. Y dado que, como ni el mismo Arkantos se atreve a negar, la evolución hacia la forma humanoide es, en gran parte accidental y circunscrita a los nichos ecológicos terrestres,- un chimpancé, un orangután o un gibón tienen forma humanoide- a los amigos de los cabezones les queda solo proponer especulaciones “ad hoc” para salvar esta enorme dificultad. De este modo, los ET aportaron, según estos enemigos de toda lógica, la forma humanoide a nuestros parientes simiescos así como a nuestros antecesores comunes. Esta gente llama "lógico" a este discurso, a pesar de que los mecanismos evolutivos dan cuenta de todo esto de manera mucho más sencilla, elegante y acorde a la evidencia.

i.. Discuta que los extraterrestres harían o no harían, deberían o no deberían, pueden o no pueden comportarse de determinadas formas, porque tal comportamiento sería o no sería lógico. Base sus nociones de lógica en como los extraterrestres se comportarían o no se comportarían. Como los terrestres se comportan en todas las formas, puede teorizar cualquier tipo de comportamiento que se ajuste a sus argumentos.

No permita que los manipuladores pro-grises intenten hacer de la lógica algo local, circunscrito al ser humano. Solo lo harán cuando les interese. En otras circunstancias, usarán la lógica "humana" para explicar que si un objeto hace determinadas cosas, debe ser esto o lo otro o no puede ser lo de más allá. En ese caso, serán amigos de la lógica universal más allá de toda duda. Ahora bien, si un comportamiento es antilógico, hablaran, como hace Arkantos de "diferentes maneras de actuar.

j.. Estereotipé los dichos sobre contactos de acuerdo con escenarios simplistas que estén bien establecidos en la imaginación colectiva. Si un contacto ET reportado parece no haber tenido consecuencias negativas, sarcásticamente acuse al contactado de creer devotamente que "¡ETs benévolos han venido a salvarnos mágicamente de autodestruirnos!" Si alguien dice haber sido traumatizado por un contacto ET, descártelo como "un clásico caso de histeria". Si los contactados remarcan la esencial humanidad y limitaciones de ciertos ETs que dicen haber conocido, pregunte "¿por qué estos seres omnipotentes no han ofrecido resolver todos nuestros problemas por nosotros?"

Haga preguntas, trate de que se resuelvan contradicciones e incoherencias. No olvidé que son ellos los que hablan de comportamientos concretos y quienes pretenden integrarlos en planes concretos. Si puede, haga ver de manera cómica esas incoherencias, una carcajada vale más que mil silogismos a la hora de mostrarlas.

k.. Cuando testigos reticentes de un encuentro dan un paso al frente, acúselos de "buscar fama" indiscriminadamente con sus extrañas historias.

No deje de considerar esa posibilidad, de hecho, así se ha mostrado en muchísimos casos y esa es una de las más poderosas motivaciones humanas. Recuerde casos parecidos en otros ámbitos, por ejemplo, en el mundo del corazón y los famosos.

l.. Pregunte porqué los supuestos contactados y abducidos no han recibido infecciones alienígenas. Rechace como "absurda" toda evidencia médica que sugiera que tal cosa pudo, de hecho, ocurrir. Categorice como "pura ciencia-ficción" la idea de que el entendimiento sobre inmunología de los alienígenas pueda estar más avanzado que el nuestro, o que los microorganismos alienígenas puedan estar lo suficientemente limitados en sus habilidades para interactuar con nuestros sistemas biológicos. Sobre todo, deseche cualquier cosa que pueda resultar en una investigación del asunto.

Recuerde que "pudo ocurrir" equivale a "pudo no ocurrir", no aporta nada. Lo que decide en uno u otro sentido no son los "pudo" o "no pudo" sino los "fue" o no "fue" y para ello se precisa evidencia. Juegue a su juego, idee más "pudo" que resalten que, como poder ser, todo puede ser o no ser, y que, en definitiva, lo más probable y por tanto razonable es de superior rango a los "puede" "quizá" y a "lo mejor" de este mundo. El conocimiento retrocede con cada paso falso, de ahí la evidente necesidad de la cautela en la que se basa todo nuestro auténtico conocimiento. No desprecie las lecciones duramente aprendidas incorporadas a nuestras actuales y fructíferas metodologías gnoseológicas.


m.. Viaje a China. Al regresar, reporte que "nadie allí me dijo haber visto OVNIs". Insista en que eso prueba que no hay reportes de OVNIs fuera de los países cuya población está sobreexpuesta a la ciencia ficción.

La antropología y la sociología pueden, y de hecho lo hacen, aportar elementos de juicio adicionales. La difusión geográfica y temporal similar a la de otros mitos es un elemento relevante a considerar en el conjunto de la discusión. Esto realza, como es lógico, el vacío argumental que ofrecen los partidarios de los hombrecillos grises y explica el horror a la introducción de esos ámbitos en la discusión.


n.. Cuando la regresión hipnótica haya rendido testimonios de contactados en casos separados y completamente independientes, argumente que la hipnosis es probablemente poco confiable, y es siempre inútil en manos de practicantes no acreditados. Asegúrese de agregar que los sujetos deben haber tenido contacto con la literatura de contacto-ET, y que, cualquiera sean sus credenciales, los hipnotistas involucrados deben haber hecho preguntas guiadas.


La hipnosis no es solo poco confiable, es definitivamente inútil para extraer supuestos recuerdos. Las evidencias de ello son absolutamente sólidas. Elizabeht Loftus es un ejemplo de investigadora en el campo de los falsos recuerdos que puede ayudarle a evaluar la evidencia de ello. http://faculty.washington.edu/eloftus/

A la hora de enfrentar la posibilidad de que alguien bajo hipnosis "recuerde" casos que olvidó con la de que el "terapeuta" sugestione, junto a la difusión de literatura de contacto, es preciso conocer la incidencia real de estos últimos elementos. Descartarlos alegremente en favor de su asentimiento a la primera posibilidad- que después de todo no tiene en su favor más que los mismos relatos-es enfrentar desnudo la ciencia y el más elemental sentido común.


o.. Si alguien dice haber sido impactado emocionalmente por una experiencia de contacto, señale que las emociones fuertes pueden alterar las percepciones. Por lo tanto, los recuerdos del sujeto deben ser completamente carentes de confianza.

Desde luego, en situaciones de tensión emocional, la percepción se ve afectada. Es un hecho establecido desde hace mucho tiempo. Esto es suficiente para que tenga su peso en la balanza a la hora de considerar el mero testimonio en esas situaciones. Citar meramente esos testimonios no aporta nada por sí mismo, a pesar de que esto deje en evidente desnudo las "evidencias" incontrovertibles aportadas.

p.. Mantenga que no puede haber un encubrimiento gubernamental de la cuestión ET. pero que existe por ¡legítimas razones de seguridad nacional!

Deje bien claro que es un hecho que los gobiernos intentan mantener secretos, en ocasiones por buenas razones, pero que raramente lo consiguen. La historia de escándalos políticos es ilustradora a estos efectos. Pero la mera existencia de esa posibilidad- que los gobiernos puedan ocultar de manera efectiva cualquier secreto- no puede ser alegada como argumento en favor de nada. Lo oculto no se conoce. Han existido y existen abundantes políticos favorables a la hipótesis ET y ninguno de ellos ha podido jamás presentar evidencia alguna de ocultamiento de un hecho semejante.


q.. Acuse a los teóricos de la conspiración de ser ¡teóricos de la conspiración y de creer en conspiraciones! Insista en que sólo teorías *accidentalistas* pueden explicar posiblemente patrones repetidos organizados de actividades de supresión, negación y desinformación.

Ponga de relevancia que la "teoría de la conspiración" no puede ser un recurso general, sino concreto y basado en evidencia. El olvido de este hecho, y el uso de esa forma de argumentación de manera ad hoc se ha generalizado como recurso habitual hasta el punto de que la expresión "teórico de la conspiración" se aplica a quienes así obran. Es un argumento de peso, sostenido incluso por muchos partidarios OVNI, que la negación, supresión y desinformación forma parte de una "conspiración" que no es específicamente OVNI, sino que se instrumentaliza habitualmente en el intento de mantener otros secretos, generalmente de tipo militar, afectados por supuestos eventos OVNI. La teoría conspirativa OVNI, en el sentido de que se oculta la visita extraterrestre como hecho, debe proveerse de evidencia concreta.

r.. Si ocurriera el peor de los escenarios (por ejemplo, uno donde la inteligencia extraterrestre es aceptada de repente como un misterio global de proporciones milenarias) sólo recuerde que el público tiene poca memoria. Simplemente tómelo como una "victoria para el método científico" y diga despectivamente, "Bueno, todo el mundo sabe que este es un asunto significativamente monumental. ¡De hecho, mis colegas y yo hemos estado comentando esto por años!"

Llevan años esperando algo así, y todo indica que la espera puede ser eterna. En todo caso, la presencia de evidencia de visitas extraterrestres no haría sino dar la razón a quienes la exigen. Solo en ese caso puede afirmarse que se produce. Es típico de los partidarios de los grises pensar en términos de "victorias" y "derrotas" en lo que no es más que la permanencia en forma moderna del pensamiento mágico que nos trajo a duendes y hadas y que ha vestido a esos graciosos enanitos de gris.