sábado, octubre 20, 2007

Polémicos.

Este pasado agosto tuve ocasión de escuchar el programa de Onda Cero, "La Rosa de los Vientos" una noche en que su conductor habitual durante el verano, Bruno Cardeñosa, entrevistaba a un personaje sobre el que el propio entrevistador avisaba de su carácter "polémico" así como el de sus afirmaciones y las de la asociación que presidía. Todo ello "polémico".

Esto de "polémico" me llama la atención. Seguramente, si Luís Alfonso Gámez, tras destapar las inexactitudes, manipulaciones y falsedades de Juan José Benítez en la serie "Planeta Encantado", se hubiera limitado a calificar a este de "polémico", hasta el juez que le condenó por llamarle lo que, de ser cierto lo que Gámez descubría- cosa que el juez parecía compartir- le correspondería, hubiera aplaudido.

¿J.J. Benítez manipuló, exageró, o falseó datos en sus programas? Pues es un personaje polémico. "El Dioni" vive de un robo a un furgón blindado y sus patéticas peripecias posteriores?, pues es un tipo polémico, como lo presentan una y otra vez en los programas en los que es habitual. ¿Que unas señoritas, en conjunción con abogado se dedican a acostarse con personajes famosos para obtener dinerotes? Son polémicas ellas y es polémico el abogado.

Pues bien, ese día, 20 de agosto de 2007, Cardeñosa entrevistaba a este señor, llamado Lluis Botinas, que es "investigador independiente sobre el SIDA", colabora con la revista Discovery Salud y preside una asociación llamada Plural21 preocupada por la salud del planeta, lo cual, explicó, les lleva a interesarse en la medicina y en la política. Un ejemplo de esto último sería el interés por lo ocurrido en Nueva York el 11-S, que sería algo diferente, por supuesto, de la versión oficial.

Para entender lo que hay de polémico en lo que este señor y su asociación defienden, lo mejor es transcribir algo que en aquella entrevista dijo:

(Lo que sigue es una trascripción de las palabras que pueden escucharse en la grabación del programa, disponible aquí. No refleja las vacilaciones, pausas y demás características normales en una charla improvisada y he tratado de darle una forma escrita ordenada en cuanto a signos de puntuación, ortografía, etc. Salvo error, las palabras escritas son trascripción literal)

Bruno Cardeñosa:

Ustedes son extraordinariamente críticos con el sistema de salud. ¿Por qué motivo?

LLuis Botinas:

Bueno, nosotros consideramos que la medicina occidental moderna se ha ido apartando cada vez más de un conocimiento real del ser humano como parte de la Naturaleza, como parte de un Cosmos, como parte de un Universo; y por eso, por ejemplo, esta sociedad, el concepto de armonía ni se le ocurre prácticamente excepto en sectores artísticos y eso aún en algunos porque la mayoría siquiera eso, cuando esta idea, este sentimiento, esta intuición, esta realidad de armonía, pues las partes de la civilización no occidentalizadas sigue siendo primordial.

Y cuando uno ve, y nosotros llevamos casi veinte años viendo enfermos, y enfermos considerados graves prácticamente día a día, bien sea cara a cara bien por teléfono, pues personas diagnosticadas con cáncer, con SIDA, con hepatitis, con enfermedades degenerativas, hay un paréntesis, pues, que esta medicina occidental moderna es la única que habla de enfermedades crónicas, de enfermedades degenerativas, de enfermedades incurables; estos conceptos son inventos de esta medicina que se pretende la mejor que jamás ha existido. Cuando en realidad lo que está haciendo es ir parcializando cada vez más, como decía, separando al ser humano de su entorno natural, separando al planeta del resto del cosmos, luego ya separar cada órgano del resto del cuerpo, separar cada trozo del órgano del resto del órgano, luego ya cada proteína del resto, etc., etc. Por ejemplo, ¿no?, que ningún médico, ningún científico, nadie negaría que el cerebro dirige el conjunto del cuerpo, pero a continuación a una persona le hacen un diagnóstico de la enfermedad que sea y que es como se actúa, se aparta totalmente al cerebro y se empieza a buscar cuál es el microbio, cuál es la mutación genética, cuál es la proteína que se ha vuelto loca y que, supuestamente, es el causante de la enfermedad, cuando, en cambio, el cerebro, que es el lugar en el que se encuentra todo el mundo sutil, todo el mundo mental, todo el mundo emocional, psíquico, anímico, donde se encuentra con el mundo corpóreo, pues el cerebro debería ser puesto de nuevo en el centro y entonces todo cambia.

O sea, las enfermedades, desde nuestro punto de vista actual, para nada son algo a combatir, sea con métodos agresivos, como hace la medicina oficial, sea "quimio", sean productos químicos, radioterapia, etc., etc., o siquiera con métodos menos agresivos como hace la mayoría de medicinas alternativas, sino que hay que comprender cuál es el significado bio-lógico, es decir, con lógica de la vida que tiene esta enfermedad, entender en que momento exacto de este proceso está esta persona, acompañarla en este proceso, y, si se puede y si hace falta, pues, reforzar algunos aspectos de este proceso. Pero lo fundamental es entenderlo y ahí, pues, por ejemplo, el último artículo que hemos escrito sobre el cáncer y que las personas que visitan nuestra web encontrarán allá, el título que le hemos puesto es " El cáncer, un proceso bio-lógico a nuestro servicio".

¿Les parece suficientemente polémico?

Ya supondrán que un escéptico como yo, cuando escucha en la radio, ve en televisión o lee en libros o revistas o en Internet contenidos paranormales, tropieza constantemente con lo que considera errores conceptuales, argumentativos o referentes a los datos suministrados. No todos, como también supondrán, tienen el mismo rango.

Algunos son sutiles, imposibles o muy difíciles de detectar sin ser un experto en la materia de que se trate o sin informarse sobre lo aducido acudiendo a las fuentes apropiadas. Otros son más claros y pueden suponer un razonamiento falaz, un dato escandalosamente falso, sesgado o anacrónico, etc.

Lo que escuché a este hombre se sale de estas categorías. Pertenece a aquellos que sorprenden en cuanto son escuchados o leídos. Pueden provocar incluso la carcajada, y no solo entre los escépticos, los mismos aficionados al mundillo o el oyente ocasional sin opinión sobre el tema, detectan la existencia de personajes estrambóticos con extrañas afirmaciones, bien sean lo que comúnmente se conoce como "chalados" o aquellos aspirantes a conquistar parcelas de fama a cualquier precio, incluida su credibilidad. Sea lo que sea este hombre, ya le pareció "polémico" de antemano al conductor del programa.

Quisiera mostrarles algo más de lo dicho por Lluis Botinas en aquél programa:

Bruno Cardeñosa:

"…De todas formas, una cuestión en la que algunos habrán pensado, y que se puede formular de forma crítica y que me gustaría saber tu opinión. Se puede decir que, efectivamente, se están perdiendo muchas referencias de esas medicinas tradicionales que existían antaño; pero lo que alguien crítico puede decirte es que gracias a las medicinas actuales nuestra esperanza de vida es mucho mejor que antaño."

Lluis Botinas:

"Bueno, este es un argumento que forma parte del, digamos, "argumentario" oficial, de los tópicos que se repiten pero que, en realidad, yo creo que estos y muchos otros merecen una investigación a fondo. Yo, que también me he creído esto durante muchas décadas de mi vida, pues ya le estoy poniendo interrogantes importantes.

Entre otras cosas, pues invito a algún oyente, y podemos hacerlo en colaboración y así nos echa una mano, coger cualquier… no diccionario…sino… (Cardeñosa le apunta: enciclopedia) enciclopedia, coger personajes famosos que allí aparecen, coger los diez primeros de cada letra y anotar en que año murieron, en que año nacieron , en que año murieron, se encontrarán con la sorpresa de que en la mayoría de ellos vivieron sesenta, setenta, ochenta, noventa o más años, y esto hace, pues, muchos años, ¿no?..."

¡Asombroso!

Debo aclarar que, en este punto, Cardeñosa interrumpe al señor Botinas con otra pregunta y, aunque este intenta seguir con la cuestión, Bruno sigue impertérrito con esa nueva pregunta. Ignoro si al periodista esto ya le pareció demasiado "polémico", si el tiempo disponible acuciaba o si había otra razón para una interrupción tan evidentemente brusca. Así, no sé si Botinas se iba a referir a esas "entre otras" razones para preguntarse por la veracidad del aumento de la esperanza de vida media. El caso es que la que dio es directamente disparatada.

El cálculo de la esperanza media de vida es algo complicado. Incluye el recuento de muertos por tramos de edad- cada cinco años, usualmente-, y un nuevo cálculo para el siguiente tramo con los supervivientes del anterior. Lo cual implica, obviamente, al existencia de supervivientes. Incluso en el tramo de edades de sesenta, setenta, ochenta, noventa "o más años". Se suele incluir como parte de una tabla de mortalidad y afecta a una generación concreta. Es un buen indicador de las condiciones sociales de una generación a diferencia del de la renta en la que los muy ricos distorsionan el cálculo, pues no pueden acumular años extra como acumulan riqueza.

Pero sigue siendo una media y se afectada por los mismos problemas generales de todas las medias. Especialmente, se ve afectada por los extremos.

Imaginemos una aldea con 20 habitantes. Pongamos que dos de ellos mueren en su primer año de vida, otro a los tres años, uno a los diez y otro a los 35 años. Seis a los sesenta, cuatro a los setenta, tres a los ochenta y dos a los noventa. La esperanza de vida media sería, aproximadamente, de 55 años, a pesar de que ninguno murió a esa edad y solo seis se aproximan algo-5 años- a ella. La mayoría, o bien quedó a larga distancia de ella o bien la superaron ampliamente.

Lo que esta media indica claramente es la existencia de una relativamente amplia mortalidad infantil. Y es la mejora de este factor, junto a la acumulación de más personas que alcanzan el extremo superior, lo que hace aumentar la esperanza de vida. Pero jamás, como parece creer esta persona, significa que la mayoría de las personas morían a la edad de, en nuestro caso, 55 años. Una esperanza de vida de 30 años no significa que nadie pasara de esa edad, ni siquiera que lo hicieran unos pocos o que la gente moría en torno a ella.

Indica las condiciones generales de vida de una generación de manera muy conveniente y estas han mejorado con la introducción de la medicina científica y otras medidas también basadas en descubrimientos científicos en todos los ámbitos que han disminuido la terrible mortalidad a todas las edades del pasado, especialmente la infantil, permitiendo que las personas que alcanzan edades avanzadas aumente su número.

Resulta sorprendente que Botinas, que es licenciado en Económicas, desconozca lo que la esperanza de vida indica y más aún que no conozca el verdadero sentido de los cálculos de medias.

Uno sabe del tradicional vacío de noticias en verano, que debe afectar en mayor medida a un ámbito tan desprovisto de novedades como ya es el del mundillo paranormal, pero quizá un personaje que promueve un ataque tan burdo y descabellado contra las posibilidades de mejora de nuestras condiciones de vida debería tener dificultades para encontrar eco acrítico en emisoras supuestamente serias como Onda Cero.



Por muy polémico que sea.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que este artículo está muy mal escrito. ¿Relee usted antes de publicar? El segundo párrafo es inteligible.

Asigan dijo...

El segundo párrafo es inteligible.

¿Quiere decir que es el único inteligible y el resto no se comprende o quiso decir que es ininteligible?

Suelo releeer lo que escribo y, francamente me pareció claro incluso ese párrafo. Si hay más quejs en el mismo sentido, lo redactaré de nuevo. En todo caso, gracias por el apunte, ¿santosrios?

Saurio dijo...

Dice don Botines:
por ejemplo, esta sociedad, el concepto de armonía ni se le ocurre prácticamente excepto en sectores artísticos y eso aún en algunos porque la mayoría siquiera eso, cuando esta idea, este sentimiento, esta intuición, esta realidad de armonía, pues las partes de la civilización no occidentalizadas sigue siendo primordial.
Quizás yo sea tan soplapitos como el polémico Lluis, pero hasta donde recuerdo los orientales, y principalmente los japoneses, aborrecen la armonía, la simetría y lo que los occidentales llamamos equilibrado. Justamente, hasta donde mi memoria no me engaña y mis conocimientos son ciertos, los conceptos de "armonía", "equilibrio" y etcétera en el feng shui, tai chi chuan, yoga y k'ong phun-do son incorporaciones occidentales a estas prácticas orientales.
Pero, bue, quizás a lo mejor me equivoco. Como quizás también se equivoque mi enciclopedia, que me dice que Baudelaire se murió a los 47, Rimbaud a los 37, Verlaine a los 52 y Poe a los 40. Está bien, era gente que había perdido la armonía, que vivían vidas tumultuosas y atormentadas. Sí, tampoco puedo contar los 33 años de Jesús ni quizás los idem de Alejandro Magno. Los 55 de Sterne, 59 de Rabelais y 52 de Shakespeare se acercan bastante al límite de Botines pero..., bue, tampoco estos muchachos vivieron una vida armónica... mmmm... ¿no será que alguna gente se muere joven y otra vieja, sin importar cuánto de "armonía" ponen en su vida?

En fin, eso, que me voy a combinar sonidos para formar acordes.

Saurio dijo...

Ah, y con respecto al comentario de Anómimo (alguien que debe vivir una vida muy armónica y bio-lógica, porque hay que escribirse "El cantar de Gilgamesh", "El lazarillo de Tormes" y "El cantar del Mio Cid" y seguir vivo y poniendo comentarios en los blogs. ¡Eso sí que es longevidad y no senilidad!), el segundo párrafo sí es un pelito confuso y trabado. Nada que una suave reescritura no corrija, eh.

Anónimo dijo...

Tu detractora mente está atemorizada. Tienes miedo de ver, siquiera reconocer,lo que otros han visto....Tu problema es que ves demasiada televisión. Pero, de dónde viene tanto temor? ¿por que buscas cualquier indicio que se cuele por alguna rendija abierta que te haga dudar? Si leyeras más, te darías cuenta de que son muchos los personajes históricos, intelectuales, que han tenido experiencias difíciles de catalogar. Pero estás tan conectado con el mundo imbécil de la televisión, que no te das cuenta de nada. Pero además, eres detractor, o sea un agresivo. Entiendo que por defender a las victimas de los engaños fraudulentos, puedas poner en alerta a la gente. Pero no eches tierra sobre cualquier opinión, algún día podrías arrepentirte...Y más cuadno tocas temas como la salud. Podrías dedicarte a buscar la verdad. TE deseo que pronto tengas contactos con lo invisible y que así salgas de ese estado gregario en el que te encuentras.
Tu encantada amiga.
PD.- Cuando lo invisible llegue tu encuentro, abre bien los ojos y a ver si te atreves a contar lo que has visto en este blog.Por cierto, todos estaremos encantados y te recibiremos con los brazos abiertos cuando por fin salgas de esa mediocridad. Todos nosotros hemos sido unos grandes escépticos, antes. Ojala tengas suerte y puedas ver y oir...y entonces entenderás lo que ahora combates. Pero no podemos ayudarte, no sabemos porque nos ocurren cosas que a la mayorias no les pasa...pero quizás es porque no perdemos el tiempo sintiéndonos agresivos con nada ni nadie, y tenemos una paz interior que nos hace concectarnos con el corazon del universo. Busca esa paz. Suerte.

Anónimo dijo...

A la "encantada amiga".

Como tu dices: Tu problema es que eres vanidosa, pedante y necia, que te crees "con paz interior"´, "iluminada" y poseedora de la verdad suprema cuando tu misma respondes agresivamente, vanidosamente y sin mas argumentos que los de tu propia arrogancia-ignorancia.

Baja de tu pedestal de falsa diosa ofendida, date la vuelta y vete; y vuelve cuando ya no te creas diosa de la luz y de la verdad.
Buscas esa paz amiga mia pero sobre todo busca ser consciente de que no la tienes, y admitelo, eso es ser humilde.

Anónimo dijo...

Coño. Ahora resulta que tu detractora, atemorizada y agresiva mente es producto de ver demasiada televisión.

Vivir para ver.

Anónimo dijo...
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Asigan dijo...

Borrado el comentario del descerebrado anterior. Él ya sabe que hacer para ver sus comentarios publicados.

Anónimo dijo...

Es muy gracioso eso de los personajes "polémicos". Queda muy políticamente correcto en los medios, como de no mojarse. Fulanito no es un desfalcador, menganito no es un charlatán y zutanito no se tira a todo bicho viviente: todos ellos son "personajes polémicos". Supongo que Hitler o Stalin (salvando todas las distancias, claro está) también eran "personajes polémicos", en vez de dictadores y genocidas.

Pero, en fin, voy a comentar qué me parece el texto del tal Botines. Y el caso es que, leyendo el inicio, uno puede comprender a qué se refiere e incluso estar en parte de acuerdo con él. La moderna mentalidad tecnocientífica, tan fría y afilada como un bisturí, ha ayudado a revolucionar los conocimientos médicos, nos ha permitido identificar las verdaderas causas físicas de las enfermedades, tratarlas y de este modo sanar o aliviar muchas enfermedades hasta hoy incurables.

Por desgracia, en su afán de reducirlo todo a los procesos externos que originan la patología (en sí una empresa loable, pues de este modo se conoce mucho mejor qué es la enfermedad y se aborda de manera honesta y realista), tal vez se ha descuidado el aspecto humano de la medicina, el de acompañar al enfermo, el de tratar sus aspectos psíquicos y emocionales, que no causan la enfermedad pero que influyen psicosomáticamente en la salud del organismo (y a la inversa: padecer una enfermedad es un trance angustioso, que produce un malestar no sólo físico sino también psicológico y emocional), además de ser aspectos esenciales de la naturaleza humana merecedores por sí mismos de una atención que no siempre se les brinda.

Es evidente que un médico no es un psicólogo, ni un filósofo, ni un sacerdote, ni nada que se le parezca. Pero no debería olvidar que un paciente no se reduce a un organismo enfermo (aunque tal abstracción sea profesionalmente necesaria, en aras de la eficacia médica). Mucha gente detesta el exceso de asepsia y frialdad tecnológica que caracteriza a la medicina contemporánea. Es un sentimiento precipitado que nace de una inquietud real pero también de la ignorancia de qué son realmente los mecanismos patológicos, y que no deja de ser injusto porque supone despreciar a los médicos (profesionales que sólo intentan hacer su trabajo lo mejor que saben y pueden, y muchos de ellos con un impulso de verdadera entrega y dedicación a los demás). Pero el caso es que el sentimiento está ahí, nacido de una insatisfacción. Por ello numerosas personas buscan refugio en terapias "alternativas" que, aunque sean mucho menos eficaces que la auténtica medicina (o, directamente, no valgan un pimiento), al menos les ofrecen la impresión (subjetiva, cuando no falsa) de estar siendo tratados no sólo en cuerpo, sino en cuerpo, mente y alma.

Claro, para qué engañarnos, también buscan un camino más fácil, cómodo y directo que el que les ofrece el eficaz pero tedioso, largo, costoso y enrevesado tratamiento médico tecnocientífico (aún a costa de engañarse a sí mismos con "remedios" psicosomáticos).

La cuestión es que la medicina occidental moderna, al separar unos procesos, órganos y demás de otros, analizando cada elemento separadamente, logra aumentar la eficacia terapéutica. No se engaña: en vez de simplificar el cuerpo humano y su relación con la enfermedad (como hacían, en su desconocimiento, las medicinas holísticas antiguas), en vez de hablar de "maldición divina", "espíritus", "humores", "alteraciones en el flujo energético" y demás, se dedica a estudiar, diseccionar y analizar, y eso le ha permitido comprender mejor su trabajo y el objeto del mismo (el organismo y sus males), llevando a cabo avances inauditos.

Pero frecuentemente olvida que, a fin de cuentas, está diseccionando y analizando seres humanos. Y esos seres humanos quieren sentir que sus enfermedades son, al mismo tiempo, procesos vitales, experiencias susceptibles de transformarlos. Quieren integrar la enfermedad en sus vidas, hacer parte a la enfermedad (y a ellos mismos) de un cosmos intelectual, emocional y espiritual más amplio.

De hecho, esto resulta muy claro sin necesidad de hablar de psicosomática ni de placebo. Por ejemplo: una persona se droga y, por ello, termina sufriendo múltiples afecciones físicas. A su vez, se droga porque en su vida sentimental o social sufre importantes problemas. Bien: esto es un perfecto ejemplo de cómo las circunstancias vitales y psicoemocionales del individuo afectan a su salud física, y sin necesidad de aludir a vínculos psicosomáticos directos, sino de modo indirecto, como conclusión de una serie de factores concatenados.

Insisto: ya sé que el médico no es un psicólogo, y que su labor debe ceñirse ante todo al tratamiento de las patologías, pero convendría que no olvidara (no sólo él, sino nadie) la interrelación (que no unificación holística) existente entre todas las disciplinas y factores propios del ser humano y su naturaleza.

Ese "cosmos" en el que muchos ansían sentirse integrados, claro está, no lo proporcionan las respuestas baratas, simplonas y fantasiosas de las pseudociencias. Pero tampoco parece formar parte de las inquietudes de muchos de los científicos y médicos que practican la medicina actualmente.

Por eso me parece pertinente y de gran interés que se aborden estos asuntos. El problema está en que suelen hacerlo charlatanes dedicados a promover tonterías y no gente seria respetuosa con la verdadera ciencia (pero consciente de sus limitaciones a la hora de dar alivio y respuesta a todas las facetas del ser humano).

En resumen: la primera parte del texto, y aunque ya se le ve venir, sería hasta aceptable (con matices) como punto de partida de un planteamiento sensato.

Enseguida, claro, vienen las idioteces. Empezando por la ya clásica "las enfermedades no son tales, su origen no es externo, sino interno". Y de ahí al siguiente (y peligrosísimo) paso: "las enfermedades son procesos, así pues hay que acompañarlas, no tratarlas". No tiene maldita la gracia, ya que por culpa de este mito han fallecido prematuramente muchas personas que podrían haber sido debidamente tratadas.

Una cosa es hablar de psicosomática, de la relación de la persona (en un sentido amplio) con su enfermedad (no desligando totalmente lo uno de lo otro), integrar a la enfermedad en el ser humano y su circunstancia, ser tolerante y dar cierta cancha a los "efectos placebo" subjetivos de modo complementario a la ciencia objetiva, etc. y otra cosa muy distinta es soltar la patochada de que la enfermedad no la causan los gérmenes y los fallos orgánicos, sino un "reajuste interno".

Este tipo de individuos, con el argumento (en sí mismo legítimo) de querer debatir ciertos presupuestos de la medicina tecnocientífica, se posiciona directa y cómodamente en el extremo, en el pensamiento mágico, y desde allí afirma alegremente que la enfermedad la causa el propio cuerpo y que en realidad de enfermedad no tiene nada. No dice que el origen es externo pero que los condicionamientos internos del individuo pueden influír en los procesos patológicos. No. Asegura sin despeinarse que "la ciencia oficial miente" (típica cantinela)

Eso no sólo es falso, sino tremendamente irresponsable.