jueves, diciembre 23, 2004

Cuando el método de Máñez se puso a prueba en Bélmez: cuatro versiones.

Conozco cuatro versiones del episodio ocurrido en la casa natal de María Gómez Cámara el 25 de septiembre de 2004 en el que Francisco Máñez mostró a Pedro Amorós y otros acompañantes su método para conseguir “teleplastias” artificiales. Ese es el origen primero de la reciente polémica sobre las nuevas caras aparecidas en esa casa y que fue recogido por Javier Cavanilles en su primer artículo en el diario El Mundo sobre el presunto fraude de las nuevas caras, acusación basada, en gran parte, en el citado episodio. Las versiones corresponden a las de Pedro Amorós, según escribió en los foros de la SEIP el día 20 de octubre de 2004; otra la del propio Francisco Máñez, en su artículo “Las nuevas caras de Bélmez no son paranormales”, y la de dos artículos ya comentados aquí y firmados uno de ellos por Juan José Abenza y el otro por María José García y Joaquín Abenza.

No se ponen de acuerdo en casi nada.

Los tres relatos coinciden en que no fue posible realizar la demostración de Máñez en la casa original por la resistencia de los herederos de María. Abenza cuenta que Amorós y Pedro Fernández, uno de sus colaboradores y miembro de la SEIP, intentaron antes de la llegada de Máñez y los demás probar el método y que no funcionó. Cuenta Máñez que eso se debió a dos cosas, a que Amorós y Fernández lo hicieron de manera incorrecta, pues se limitaron a intentar “pintar con agua” usando el dedo y a que el suelo de la casa original había sido cubierto por una capa impermeable. Abenza y García mencionan también la capa de protección describiéndola como de una sustancia “oleosa” y que les causó sorpresa la explicación de Amorós sobre ello, aduciendo que “protegía contra la humedad”, cuando el propio Amorós mantenía que la humedad era parte imprescindible del fenómeno, asunto sobre el cual incluso ha realizado experimentos.

Amorós no hace ninguna mención al previo intento de Fernández y él mismo en la casa original y, en contra del relato de Máñez y el de los dos Abenza y García, dice que Máñez no ha visto nunca las caras originales.

No solo eso, el relato de Amorós omite lo que si cuentan los otros testigos, que el propio Amorós mojo el suelo de cemento con una fregona y que después de un rato, Máñez perfiló aquellas manchas que recordaban a rostros. Concretamente, este es el relato de Amorós:

“La verdad es que tanto Pedro Fernández como Joaquín Abenza como yo le miramos como untaba su dedo de agua y se agachaba en una esquina para poner unas letras o una carita o algo así. Cuando se levantó, nos miró y dijo: "Veréis como aquí aparecen las caras que he pintado" con una sonrisa graciosa y triunfadora”

Este es el de Máñez:

“Pedro Amorós mojó el suelo con una fregona y esperamos a que se secara. Como era de esperar aparecieron manchas que recordaban a rostros. Tomé un pincel y humedecí las zonas que yo veía como parte de esos rostros, para que los demás pudieran ver las caras.”

Y estos dos párrafos se corresponden con los relatos de los artículos de los Abenza y María José García:

“En seguida, Amorós cogió una fregona y la mojó en la pila, y con ella humedeció todo el suelo de cemento. Mañez mojando una brocha en agua siguió humedeciendo y dando aspecto de cara a unas partes del suelo, oscuras por la humedad.”

Se humedeció el suelo (Felipa nos dijo que de haberlo sabido lo hubiera hecho ella antes)…[Máñez] Escogió las manchas que más se parecían a una cara, y procedió a completarlas”

El relato de Amorós es notablemente diferente al del artículo de Máñez, al de Juan José Abenza y al de Joaquín Abenza con María José García, los tres últimos muy similares. Y no solo en ese aspecto, también en cuanto al resultado de la experiencia:

Amorós:

“Lamentablemente cuando pasaron unos minutos, el suelo absorbió el agua y dejó sin rastro alguno su huella, nada de nada.”

Máñez:

“Pese a que fue una demostración rápida y sencilla, creí que había quedado claro cómo crear “caras de Bélmez” de forma artificial.”

Juan José Abenza:

El resultado fue bastante espectacular, sin duda, sobre todo teniendo en cuenta el poco tiempo en que se realizó, y basta ver la foto adjunta para comprenderlo.

Y Joaquín Abenza y María José García:

“Le quedó una cara perfecta.”

El relato de Amorós, realizado como mensaje en un foro, no contiene documentación fotográfica ni hace mención a ella, pero los otros tres relatos si ofrecen fotografías tanto de las caras obtenidas como de Amorós mojando el suelo con una fregona y mencionan que todo se filmó en video.

Coincidencia no coincidente.


Hay una coincidencia en los relatos que resulta algo curiosa:

En el de Mañez se dice que tras mojar el suelo con la fregona y esperar a que secara:

“Como era de esperar aparecieron manchas que recordaban a rostros.”

En el de Juan José Abenza se cuenta así:

“Escogió las manchas que más se parecían a una cara”

Y Amorós de esta manera:

“A las cuatro horas se secó todo el suelo y, ya con Luis Mariano Fernández, acudimos a ver como había quedado. Aquí descubrimos que había muchos "posibles" rostros que estaban delimitados muy ligeramente y muy suaves.”

Lo curioso es que el relato de Amorós no cuenta esto último respecto a la demostración de Máñez, sino a lo que ocurrió después de marcharse este y los demás y en el proceso que llevó al “descubrimiento de las nuevas caras”, proceso que, como cuenta el propio Amorós, incluye algo que, como hemos visto, su relato no menciona cuando cuenta la demostración de Máñez y si ahora, en su propio método de descubrimiento:

“Tras hacerlo hidratamos el suelo con 20 partes de agua y dos de aceite. Lo mezclamos en un cubo y le dimos con una fregona, sin empapar el suelo simplemente a modo de limpieza y de hidratación.”

Aquí menciona Amorós que no empaparon el suelo, pero en el párrafo anteriormente citado vemos como Amorós dice que:

“A las cuatro horas se secó todo el suelo”

La introducción del aceite pudo tener algo que ver.

Todo el proceso se repitió en días sucesivos, empapar el suelo y dejarlo secar tras lo cual aparecen nuevas “caras”. Lo cuenta Amorós:

“Tras marcharnos del lugar pedimos a Dña. Felipa ( dueña de la casa ) que echara un poco de agua cada dos días. Ésta así lo hizo, pero cuando al fin de semana siguiente regresamos, la atmosfera podía cortarse puesto que era densísima... "se había pasado de agua"... El resultado fue, que todos los rostros quedaron casi invisibles tapados por un manto negro de humedad. Por elo abrimos todas las ventanas y la puerta de la terraza para que se airease, cosa que hizo que en un día se secase todo el suelo. Al día siguiente al analizar el suelo, encontramos que algunos rostros habían desaparecido ( posiblemente manchas de humedad que habían sido confundidas por rostros ) pero otros estaban y bien delimitados. Recuerdo que David Sentinella observaba junto con la alcaldesa de Belmez los rostros y poco a poco ante nuestras miradas, al pasar las horas , se iban delimitando poco a poco hasta que se veían.”

Diferencias muy significativas, a mi entender, entre cuatro testigos directos de aquella demostración, que tal vez alguien pueda aclararnos alguna vez.





8 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese "HA PRUEBA" es sin hache!!

Asigan dijo...

¡Joer, que rápido!. Lo he corregido en cuestión de segundos y ya me habías cazado. Gracias, mea culpa.

Anónimo dijo...

Casualidad. Ya he visto que me podía haber ahorrado el aviso. Estaba leyendo mis feeds y me pasé a avisar. Deformación profesional ;-)

Soy Gerardo

¡¡Un saludo desde Santiago!!

Anónimo dijo...

¿Por qué siempre pasa eso? Incluso cuando un texto destinado a mi blog, ha estado días puliéndose en el ordenador, o hasta lo imprimo para revisarlo en papel. En cuanto lo publico y lo leo en la página, veo una falta de ortografía o de estilo que antes me fue imposible percibir.

Un caso especialmente molesto de percepción disminuída, supongo.

Gerardo

Anónimo dijo...

Muy interesante, Asigán. ¿Me permitirás citarlo en los foros de SEIP si lo necesito?

-- Pedro Gimeno

Asigan dijo...

Por supuesto,Pedro.

Anónimo dijo...

Yo conozco una versión más, y es que cuando Pedro Amorós y su séquito se dirigían a la casa natal de María Gomez Cámara, en el momento que se había difundido la noticia de las "caras", ya estaba allí el equipo de escépticos del ARP o de "Charlatanes", que se les habían adelantado, y ya se marchaban, ya que habían terminado, habiendo procedido a las investigaciones y pruebas oportunas.
Así que esperaremos impacientemente que publiquen las citadas pruebas, para ver si tenemos los resultados correctos.

Asigan dijo...

Mejor para tí, anónimo comentarista, Ahora la cuestión es, ¿qué versión es la correcta?